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El Dakar 2018 se toma este lunes un día de descanso imprevisto por la etapa cancelada entre Tupiza (Bolivia) y Salta (Argentina), la novena de las catorce que componen el rally.

La mayoría de los pilotos durmieron anoche en el campamento de Tupiza, a pesar de que este se encontraba en incómodas condiciones por haber quedado inundado en la víspera, lo que obligó a los vehículos de competición y a los de sus asistencias a estacionarse a a ambos lados de una carretera.

Por la mañana emprendieron el camino hasta Salta, puerta de entrada de las cinco últimas etapas de la carrera, las más decisivas antes de alcanzar la meta situada en la ciudad de Córdoba este sábado 20.

Los pilotos se ahorraron así una etapa que tenía un recorrido de 755 kilómetros, de los que 242 eran de tramo cronometrado, entre un punto cercano a Tupiza hasta la frontera de Bolivia con Argentina.

Las razones aducidas por la organización del Dakar para cancelar la etapa son las condiciones climáticas adversas que iban a afrontar los pilotos, con lluvias como las caídas en las jornadas previas que aumentaron el caudal de los numerosos ríos que debían atravesar los corredores.

La etapa cancelada coincide con una jornada de protestas sociales convocada a nivel nacional en Bolivia que podía devenir en bloqueos de carreteras, según medios locales.

Una vez llegados a Salta, los pilotos se prepararán para una de las etapas reina de este Dakar, que se disputará este martes entre Salta y Belén, con una distancia por recorrer de 797 kilómetros, de los que 373 serán cronometrados.

En su recorrido pasarán por la temida zona de Catamarca, una de las más complicadas del rally por el intenso calor y la arena blanda.

Los mejores tiempos de la especial servirán para definir el orden de salida de undécima etapa, donde se alternarán coche, motos y camiones.

Al término de esa décima etapa, las motos quedarán guardadas en un parque cerrado, sin posibilidad de ser reparadas de cara al día siguiente, cuando afrontarán su segunda etapa ‘maratón’.