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SANTO DOMINGO. MasterCard, la empresa de tecnología líder en la industria global de pagos, presentó “Evaluando el costo social del dinero en efectivo”, un estudio que demuestra como el uso de efectivo en las economías de los países ralentiza el crecimiento económico, ya que estimula la informalidad, incrementa la corrupción y limita la inclusión financiera.

De acuerdo a los resultados de la investigación, si en un periodo de 4 años los pagos electrónicos en la República Dominicana aumentaran 30%, el Producto Bruto Interno (PBI) crecería un 1.1%. El estudio sugiere que, si bien en el pasado el efectivo fue un motor para el desarrollo económico, en la actualidad han surgidos algunos costos sociales directos e indirectos que limitan el estatus del efectivo como motor del progreso.

Las personas suelen asumir que el uso del dinero en efectivo no tiene costo, pero lo cierto es que si genera una gran carga para la sociedad. Existen costos directos que son fácilmente reconocibles, como lo que vale producir y transportar los billetes y monedas, pero también existen altos costos indirectos que asumen todos los dominicanos. La exclusión de millones de dominicanos del acceso a servicios financieros es uno de los más importantes. Otro es la forma en que facilita la evasión tributaria con un impacto en equidad y competitividad país.

“El costo del efectivo es un indicador en el aumento de la economía informal. En la República Dominicana casi el 30% de la economía se encuentra en la informalidad. Estamos ante una oportunidad para impulsar la integración de los pagos electrónicos, que pueden ayudar a alcanzar el crecimiento económico, como está ocurriendo exitosamente en otras regiones del mundo”, comentó Gabriele Zuliani, director general de MasterCard para el Caribe, quien presentó el estudio en Santo Domingo.

Una mayor inclusión financiera y un mayor uso del almacenamiento de valores electrónicos y los pagos electrónicos son impulsores clave del desarrollo económico y de la reducción de los costos indirectos, como la economía informal, concluye el estudio.

En cuanto a los países del Caribe, presentan un alto grado de variabilidad en términos de la penetración de los servicios financieros y de retos de inclusión financiera, pero todos tienen en común una alta dependencia del efectivo, un bajo nivel de uso de pagos electrónicos y grandes economías informales que representan más de 30% del producto interno bruto (PIB).

Todos los países, incluyendo aquellos con un nivel de PIB por persona, relativamente alto, tales como Trinidad y Tobago, enfrentan esos retos, y todos se beneficiarían de un cambio de comportamiento de los consumidores y de pequeñas y medianas empresas hacia un mayor uso de pagos electrónicos, además de la implementación de soluciones de pagos eficientes que generen una mayor inclusión financiera.