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ESTADOS UNIDOS. ¿Qué podemos aprender de estos prodigiosos Indios? ¿Es que acaso durante esta racha de 19 victorias se ha revelado alguna gran enseñanza que pueda ayudar al resto de los equipos a armar su propia seguidilla de triunfos?

Aquí les va una pista: Mucho antes de que los Indios ganasen el campeonato de la Liga Americana el año pasado y mucho antes de que cautivasen a todo el béisbol este año, la franquicia ya era considerada una de las organizaciones modelo en las Grandes Ligas.

Al menos en una docena de equipos hay ejecutivos que tienen nexos con los Indios, incluyendo a los gerentes generales de Pittsburgh (Neal Huntington), Milwaukee (David Stearns), Minnesota (Derek Falvey), Arizona (Mike Hazen) y Toronto (Ross Atkins).

Y está ese otro hombre que trabaja en Toronto, el presidente de los Azulejos, Mark Shapiro. Durante los 24 años que pasó en Cleveland, se ganó una reputación dentro del deporte como alguien que contrataba a personal súper capacitado y luego les daba poder de decisión y confiaba en que hiciesen su trabajo.

Shapiro se marchó a Toronto hace dos años, pero sus huellas están marcadas por todos lados en estos Indios del 2017, desde el presidente Chris Antonetti al gerente general Mike Chernoff al manager Terry Francona. Juntos, ayudaron a crear una cultura que acepta la avalancha de datos tan popular en el béisbol de hoy mientras siguen buscando la forma de mejorar en cada rincón posible.

Shapiro fue ascendido a gerente general después de la temporada del 2001, justo después de que los Indios ganasen su sexto título divisional en siete temporadas. Pero aquel equipo era uno de los más viejos del béisbol, y su gran reto era marcar el camino durante una fase de transición. Estos Indios del 2017 -19-0 desde el 24 de agosto y 28-4 desde el 11 de agosto- son un claro ejemplo de los valores más importantes de la franquicia.

Por ejemplo:

1. Desarrollo de jugadores
Aquí es donde comienza el éxito de Cleveland: Seleccionando jugadores en el Draft, firmando de forma inteligente y contratando instructores competentes. Esto también es crítico al momento de manejar la nómina. Los Indios no han tenido una nómina que se ubique entre las primeras 10 de las Mayores en 15 años y hace apenas tres temporadas estaban entre los tres últimos. El dominicano José Ramírez, el puertorriqueño Francisco Lindor, Cody Allen, Jason Kipnis, el cubano Yandy Díaz y Lonnie Chisenhall son productos del sistema de granjas de Cleveland. Lindor es esa estrella resplandeciente que bendice a una organización cada cierto tiempo y cambia básicamente todo.

2. Hacer cambios agresivos
Los Indios han hecho un trabajo fenomenal en cuanto a balancear cuándo vender o cuándo mantener a futuros agentes libres. Y cuando venden, han logrado recibir talento a cambio. Corey Kluber, el dominicano Carlos Santana, Michael Brantley, Mike Clevinger y Trevor Bauer llegaron en cambios siendo peloteros de ligas menores, muchas veces en transacciones en las que salieron de veteranos consolidados (CC Sabathia, Casey Blake, Jake Westbrook).

3. Ocasionalmente ir con todo
Eso es lo que representa la firma del dominicano Edwin Encarnación el invierno pasado por tres años y US$60 millones. Le dio al equipo una figura imponente para el medio de la alineación y fue sin duda una mejoría para un club que el año pasado terminó segundo en carreras anotadas en la Liga Americana. A falta de tres semanas de ronda regular, los 34 jonrones de Encarnación son la misma cantidad que el año pasado dieron Santana y Mike Napoli (que terminó firmando con Texas).

4. El capataz
Francona ya había forjado un currículum de Salón de la Fama en Boston antes de que se pusiese el uniforme de los Indios por primera vez. Su llegada para la temporada 2013 le trajo una credibilidad inmediata a una franquicia que no llegaba a los playoffs desde el 2007. Francona ha brillado en cada aspecto: desarrollando relaciones con los peloteros, colaborando con la directiva y manejando al bullpen mientras sienta las bases en términos de compostura, trabajo en equipo y esfuerzo constante.

5. Pensar más allá de lo convencional
Cuando Antonetti y Chernoff adquirieron al relevista zurdo Andrew Miller desde los Yankees a finales de julio del 2016, parecía que el lanzador no encajaba. Cleveland ya tenía en Bryan Shaw y Allen a dos fijas para los innings finales. No hubo problemas. Francona cambió la composición de su bullpen convirtiendo a Miller en una especie de arma de mil cabezas, alguien capaz de lanzar en cualquier momento del juego y por varios innings. El regreso de Miller de la lista de lesionados antes de que comience la postemporada podría ser extremadamente importante en las aspiraciones de los Indios por hacer su segundo viaje corrido a la Serie Mundial.

6. Magia
Algunas veces, todo sale bien. Todos los años de trabajo, de firmas, de cambios y la llegada de Francona han creado lo que bien podría ser el mejor equipo del béisbol. Ganando 28 de 32 juegos, los Indios han demostrado una espeluznante profundidad de su pitcheo y una ofensiva que aprovecha el gran momento de Ramírez, Lindor y otros.

La confianza trae confianza, y debido a que Francona es un optimista por naturaleza que además ha creado el ambiente correcto en el clubhouse, los Indios van a llegar a la postemporada montados en una ola positiva. No le cambien de canal.