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Santo Domingo.- El senador Julio César Valentín aseguró que la reforma constitucional que se realizó en el año 2010 contó con el más amplio proceso deliberativo en el que se vieron inmersos una gran cantidad de sectores, permitiendo tener una Carta Magna con novedosas conquistas progresistas.

Recordó que para el proceso de discusión se creó una amplia comisión de juristas  que permitió estar en contacto con diferentes ramas de pensamiento, reforzó los mecanismos de control y, entre otras cosas, desmontó el “nunca jamás” para el tema de la reelección.

“La Constitución está viva y está madurando” indicó el representante de la provincia de Santiago al reflexionar que aun la actual puede seguir teniendo avances, entre los que citó la eliminación del Procurador General de la República del Consejo Nacional de la Magistratura, que el legislador que integre ese órgano de elección de jueces sea diferente de la coalición en la que resulten electos los presidentes de las cámaras legislativas que lo integren, la unicameralidad del Poder Legislativo,  la libertad de elección en el derecho a la vida, entre otros novedosos aspectos.

Sin embargo, pese a que la norma vigente contiene aspectos conservadores, Valentín indicó que “los valores de una época no se pueden petrificar en una Constitución”.

Para el senador Valentín el concepto de Constitución solo aplica cuando con ella se puede sostener un Estado democrático y donde se consigna la separación de los poderes públicos, presentando el marco legal al que se subordinarán tanto gobernados como gobernantes.

Al dictar la conferencia “Constitucionalismo post Trujillo” con la que la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) inició la Maestría en Derecho Constitucional y Procesal Constitucional, el legislador hizo un recuento minucioso sobre la historia de las reformas constitucionales y las características esenciales de cada Carta Magna en las diferentes épocas desde 1844. Excluyó de su análisis las reformas constitucionales de 2002 y 2015 ya que sólo se limitaron a eliminar o restablecer el tema de la reelección.

Recordó que las constituciones de 1854, 1858 y 1865 fueron progresistas a tal punto que para 1865 ya se establecía el derecho universal al voto y otros cultos religiosos además del católico.

La que se hizo en 1961 sirvió para buscar una solución institucional a los problemas que quedaban después de la época de la dictadura y eliminaba la inembargabilidad de los bienes del Presidente de la República y sus familiares.

Mencionó también que la Constitución de 1963 fue tan progresista que daba igualdad de derechos a los hijos, igualdad de pago por el mismo trabajo sin importar el género de quien lo hiciera, titulación de tierra, laicidad del Estado, entre otros aspectos que se interrumpieron con la vuelta a una Carta Sustantiva conservadora en 1966 que estuvo vigente hasta 1994 cuando luego de una crisis política se le hicieron “cambios orgánicos” como la creación del Consejo Nacional de la Magistratura, eliminar el sistema de colegios electorales cerrados y permitió la doble nacionalidad.

La Maestría

A juicio del doctor Fausto Montes de Oca, coordinador de la maestría, ésta inició “con muy buen pié” al hacer un bosquejo completo de todo el constitucionalismo desde la independencia hasta nuestros días.