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Los ensayos clínicos de la vacuna contra la covid-19 que desarrollan la Universidad de Oxford y AstraZeneca, una de las mas prometedoras del mundo, se reanudarán tras ser interrumpidos.

Un comunicado divulgado este sábado por la universidad indicó que las pruebas clínicas de la sustancia, denominada ChAdOx1 nCoV-19, se reanudarán en el Reino Unido tras una pausa dispuesta como medida de precaución.

Esta posible vacuna está en las fases finales de los ensayos clínicos antes de recibir la autorización de los organismos reguladores para proceder a inmunizar a la población.

A finales de agosto, la Unión Europea cerró con AstraZeneca un “primer contrato” que le garantizaba el acceso a 300 millones de dosis de la vacuna, por lo que la suspensión de los ensayos supuso un serio motivo de preocupación en Europa y en todo el mundo.

En el comunicado, la universidad indicó que unas 18.000 personas han recibido esta vacuna en estudio como parte de los ensayos clínicos y que, en pruebas tan amplias como esta, se espera que algún participante pueda sentirse mal.

“Cada caso debe ser evaluado cuidadosamente para confirmar la seguridad de la

vacuna”, añadió el comunicado de Oxford, que no ha especificado la fecha de reanudación de los ensayos.

Las pruebas empezarán otra vez tras completarse el proceso de revisión independiente y tras el visto bueno de la Autoridad de Regulación de Medicinas para la Salud (MHRA, por sus siglas en inglés), regulador del sector farmacéutico.

“No podemos desvelar la información médica sobre la enfermedad (del voluntario) por razones de confidencialidad del participante”, explicaron. “Estamos comprometidos con la seguridad de nuestros participantes y el más alto nivel de conducta en nuestros estudios y seguiremos de cerca la seguridad de las dosis”.

En agosto, los Gobiernos de Argentina y México, así como la fundación mexicana Slim, llegaron a un acuerdo con AstraZeneca y la Universidad de Oxford para fabricar la vacuna para sus países y distribuirla después al resto de América Latina, excepto en Brasil.

El presidente de Argentina, Alberto Fernández, informó el mes pasado que el objetivo era elaborar entre 150 y 250 millones de dosis que estarían disponibles a precios accesibles, con un coste individual de entre 3 y 4 dólares.

El contrato de la Unión Europea con la farmacéutica se rubricó en nombre de los Estados miembros y las dosis que distribuiría de forma proporcional en función de la población de cada país.

El proyecto de la vacuna está en las últimas fases después de que los resultados de los primeros ensayos, publicados el pasado julio en la revista médica británica The Lancet, indicaran que era segura y “entrena” al sistema inmune contra el coronavirus.

El consejero delegado de AstraZeneca, Pascal Soriot, indicó el pasado jueves que la vacuna todavía podría estar disponible a finales de año pese a la interrupción de los ensayos y resaltó que no son inusuales las pausas en los ensayos clínicos de este tipo a causa de “eventos adversos”.

En el mundo hay más de 30 vacunas que se están probando en humanos y nueve de ellas en las fases finales. La idea es contener la pandemia del coronavirus, que ha causado ya más de 28 millones de casos, más de 900.000 muertos y está castigando las economías.