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ROMA.- EFE- Los países africanos y del G7 cuentan desde hoy con un nuevo centro en Roma para coordinar mejor la financiación y ejecución de los proyectos dirigidos a luchar contra el cambio climático en África.

El Centro africano para el cambio climático y el desarrollo sostenible fue inaugurado por el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, quien destacó la colaboración de su país con ese continente basándose en el “diálogo entre iguales, el mutuo respeto y la responsabilidad compartida” frente a desafíos como la seguridad, los flujos migratorios, el crecimiento económico y el clima.

En junio de 2017, los ministros de Medioambiente de los países del G7 (Estados Unidos, Alemania, Japón, Francia, Canadá, el Reino Unido e Italia) se reunieron en la ciudad italiana de Bolonia y reconocieron la necesidad de establecer un centro dedicado a la promoción del desarrollo sostenible en África.

En la iniciativa también están involucrados el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cuyos máximos responsables, Adam Steiner y José Graziano da Silva, respectivamente, estuvieron presentes en el acto inaugural.

El asesor especial del secretario general de la ONU para el Sahel, Ibrahim Thiaw, explicó a Efe que el nuevo centro fomentará las conversaciones “informales” entre los países del G7 y los africanos para avanzar en los proyectos de cooperación y no duplicar esfuerzos.

Además de facilitar el intercambio de información sobre iniciativas centradas en agricultura sostenible, agua y generación de energía, se brindará apoyo para identificar necesidades concretas, acceder a fondos internacionales y lograr la participación del sector privado.

Thiaw consideró prioritario garantizar el acceso a la energía en África, donde 600 millones de personas carecen de suministro eléctrico, uno de los factores que explican “el retraso en el desarrollo del continente”.

Entre los invitados hubo responsables africanos como el ministro de Bosques de Gambia, Lamin Dibba, quien destacó los esfuerzos de su país para mejorar la resiliencia de los agricultores y la construcción de presas con el objetivo de reducir a la mitad la dependencia de los combustibles fósiles.

El ministro del Ambiente de Mauritania, Amedi Camara, reclamó la transferencia de tecnologías y conocimientos a los países que, como el suyo, sufren desertificación y éxodo rural.

Según la FAO, la producción de cereales ha disminuido hasta un 80 % por el clima en las regiones semiáridas de África, donde los sectores más vulnerables son la agricultura y el pastoreo, esenciales para la mayoría de la población rural. EFE