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NUEVA YORK — El juicio contra del narcotraficante mexicano conocido como el Chapo por conspiración para traficar drogas ha sido una suerte de maratón de carreras cortas: cuatro días a la semana, durante casi dos meses, un elenco de testigos digno de Shakespeare se ha presentado ante la corte para relatar historias épicas de cómo Joaquín Guzmán Loera pasó de vivir en la pobreza en las montañas de Sinaloa a convertirse en uno de los narcotraficantes más reconocidos —y quizá de los más despiadados— del mundo.

El juicio se realiza en la Corte Federal de Distrito en Brooklyn desde noviembre. Se espera que dure otro mes o dos y probablemente continuará con el mismo ritmo extenuante.

A continuación, presentamos una breve recapitulación de los testimonios hasta ahora, recién iniciada la segunda mitad del juicio:

• Durante los días de Guzmán Loera como un joven narcomenudista ambicioso, a decir de los testigos, el capo tuvo la previsión de pactar una colaboración con Juan Carlos Ramírez Abadía, quien se convirtió en su primer proveedor de cocaína colombiana.

• Al describir el funcionamiento interno del Cártel de Sinaloa, la organización a la que pertenece el Chapo, uno de los dirigentes de operaciones del grupo, Jesús Zambada García, dio una clase magistral sobre el funcionamiento del cártel: detalló sus métodos de transporte, técnicas de financiamiento y principales participantes.

• Zambada García también acusó a uno de los más altos funcionarios de la policía mexicana, el exsecretario de Seguridad Pública mexicano Genaro García Luna, de haber aceptado en dos ocasiones portafolios llenos de efectivo provenientes del cártel. Al parecer, García Luna no habría sido el único: en el juicio se ha sugerido que la corrupción en México es tan mala o peor de lo que muchos pensaban.

• Durante el primer día del juicio, los abogados de Guzmán Loera les dijeron a los miembros del jurado que pronto escucharían pruebas de que tanto “el presidente en funciones de México como el anterior” habían aceptado sobornos del cártel. Sin embargo, el juez Brian Cogan al final vetó que se escuchara ese presunto testimonio.

• Las masacres han sido un tema principal. Las pruebas han arrojado luz sobre uno de los asesinatos más célebres en la historia mexicana moderna: los testigos describieron cómo fue baleado por accidente en 1993 el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo por un grupo de sicarios del cártel en el aeropuerto de Guadalajara. El blanco real del operativo era Guzmán.

• Algunas de las pruebas que más han afectado a Guzmán Loera han sido las grabaciones secretas en las que se le escucha cuando hace negocios de narcotráfico. Los miembros del jurado han escuchado dos hasta ahora; podrían presentarse otras más.

• El Chapo, a menudo descrito como un fanático de las armas, también vivía rodeado de lujos. Sus caprichos, según la investigación de los procuradores, incluyen una casa en Acapulco de 10 millones de dólares, una flotilla de aviones privados y un rancho rural con un zoológico donde los invitados podían subirse a un tren para ver leones, cocodrilos y osos.

• También ha surgido un panorama más claro del funcionamiento de ciertos cárteles mexicanos y colombianos. Aunque a menudo se consideran agrupaciones bien estructuradas y organizadas verticalmente, los testimonios del juicio han descrito a algunos grupos como organizaciones caóticas compuestas por facciones en guerra, como una versión salida de Juego de tronos.

Agentes, contadores y mercenarios

Un gran elenco de personajes han testificado en el juicio. Estos son algunos de los más prominentes:

• Jesús Zambada García era un contador que se unió al Cártel de Sinaloa bajo el mando de su hermano, Ismael “el Mayo” Zambada García. Dijo que administró los gastos del cártel durante dos décadas, en las que habría supervisado el influyente mercado de Ciudad de México antes de su arresto en octubre de 2008. Zambada García fue meticuloso en los registros contables de las finanzas del cártel, algunos de los cuales mostró al jurado en un testimonio detallado.

• Vicente “Vicentillo” Zambada Niebla, el hijo del Mayo Zambada, comenzó su testimonio el 3 de enero. Como principal encargado de logística para el cártel al que son vinculados tanto Guzmán Loera como y su padre, Vicentillo —quien ha estado bajo custodia en Estados Unidos desde 2010— proporcionó al jurado un panorama exhaustivo y enciclopédico de las operaciones del cártel.

Una ilustración de Vicente “Vicentillo” Zambada Niebla durante su primer día de testimonio en el juicio, el 3 de enero. Credit Jane Rosenberg/Reuters

• Miguel Ángel Martínez fue un hombre de confianza de Guzmán Loera. El gobierno se tomó tan en serio la seguridad de Martínez durante el juicio que los artistas de la corte tuvieron prohibido dibujar su rostro de manera precisa para que no pudiera ser identificado. Después de su arresto en 1998, Martínez vendió una casa propiedad de Guzmán para cubrir sus gastos legales y eso lo enemistó con el Chapo. Martínez sufrió cuatro atentados en su contra: tres apuñalamientos y un ataque con una granada.

• Juan Carlos Ramírez Abadía, un líder del Cartel del Norte del Valle en Colombia, le describió al jurado el manejo de las operaciones de suministro. Presentó libros de contabilidad que detallaban los acuerdos fundamentales entre su cartel y el Cártel de Sinaloa, que colaboraron durante casi dos décadas. Ramírez se esforzó para evitar ser detenido o identificado por las autoridades: se sometió a exhaustivas cirugías plásticas para modificar sus pómulos, quijada, ojos, boca, nariz y orejas. Aun así, lo arrestaron en Brasil en 2007 y después lo extraditaron a Estados Unidos.

• Jorge Cifuentes tuvo una crianza relativamente humilde en Colombia que se asemeja a la historia de la infancia del Chapo. En colaboración con sus padres y hermanos, Cifuentes construyó un imperio familiar del narcotráfico y amasó una gran riqueza y conexiones con organizaciones delincuenciales. Cifuentes admitió en la corte ser un mentiroso bien logrado: dijo que una vez creó una fundación con una misión declarada de preservar la jungla en la Amazonía que en realidad tenía como objetivo lavar 1500 millones de dólares en contratos medioambientales para empresas que eran de su propiedad.

• Pedro Flores, nacido en un vecindario predominantemente latino en Chicago, Illinois, ayudó a traducir acuerdos de narcotráfico para su padre cuando tenía alrededor de 7 u 8 años (fue el primer testigo cooperante en comparecer en inglés; los demás lo han hecho en español con interpretación simultánea). Flores y su hermano gemelo, Margarito, se encargaron del negocio familiar desde su adolescencia. Los negocios prosperaron después de que estableció contacto con uno de los socios de Guzmán Loera; Chicago se convirtió en un epicentro de las operaciones estadounidenses de narcotráfico para el Cártel de Sinaloa y la organización de los Beltrán Leyva, cárteles que en ese entonces trabajaban en conjunto.

“El premio más grande”

Estas son algunas de las citas más memorables en el juicio hasta ahora:

* El abogado defensor Jeffrey Lichtman: “Condenar a Joaquín Guzmán es el premio más grande con el que esta fiscalía podría soñar; lo ha estado anhelando durante una década”.

* Zambada García: “Una de mis responsabilidades era corromper a los funcionarios de la ciudad”, en referencia a la capital mexicana. Agregó que aprovechaban las amistades que habían hecho dentro del departamento de policía. “Lo hacíamos por medio de sobornos y dinero, sobre todo dólares estadounidenses”, dijo.

* Martínez: “Le pregunté [al Chapo]: ‘¿Para qué matar a la gente?’ Me respondió: ‘Mejor que lloren en su casa a que lloren en la tuya’”.

* Martínez sobre la razón por la que Guzmán Loera presuntamente espiaba por teléfono a sus socios de manera obsesiva: “Lo más importante en ese entorno era saber lo que todos estaban pensando sobre ti: tus amigos, tus enemigos, tus compadres… quien fuera”.

* Ramírez Abadía sobre sus primeras impresiones del Chapo: “Era la primera vez que un mexicano traficaba mi cocaína tan rápido. No esperaba que fuera tan veloz”.

* Flores sobre la importancia de la ubicación cuando se trata del narcotráfico: “Cuanto más lejos estés de la frontera, más alto es el precio de la cocaína. Cuanto más grande el riesgo, más grande la recompensa”.

* Flores dijo que en su primera reunión con el Chapo, en mayo de 2005, le comentó que se imaginaba que Guzmán Loera acomodaba a las personas en una fila para después dispararles. El Chapo le habría respondido, con seriedad: “Solo lo hacemos cuando es necesario”.

¿Qué sigue?

Es probable que los testimonios en la segunda mitad del juicio incluyan los siguientes temas:

— Las dos infames fugas de prisión por parte de Guzmán Loera; la primera en 2001, cuando dicen que se escapó en un carrito de lavandería, y la segunda en 2014, cuando sus socios cavaron un túnel de 1,5 kilómetros que llegaba hasta la regadera de su celda. Dámaso López Núñez, un exfuncionario en la prisión de Puente Grande que ayudó en el primer escape del capo, es un posible testigo.

— Las guerras sangrientas que libró Guzmán en los últimos años de su carrera. En una de ellas, el Cártel de Sinaloa se enfrentó a los Zetas, rival especialmente violento fundado por miembros de las fuerzas especiales mexicanas. En otra, luchó contra sus más cercanos aliados (y primos), los hermanos Beltrán Leyva.