Naciones Unidas- Estados Inidos defendió en solitario la respuesta de Israel a las protestas en Gaza durante una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en la que una mayoría de países cuestionaron la actuación israelí que este lunes dejó unos sesenta palestinos muertos.
Varios Estados miembros y la propia ONU, además, reclamaron una investigación independiente sobre lo sucedido ayer y exigieron a Israel que limite el uso de la fuerza.
El único país que se desmarcó claramente del sentir general del Consejo de Seguridad fue Estados Unidos, el gran aliado de Israel, que culpó exclusivamente al movimiento islamista Hamás de la violencia y le acusó de utilizar a civiles como escudo para tratar de llevar a cabo ataques.
“¿Quién entre nosotros aceptaría este tipo de actividad en su frontera? Ningún país en esta sala actuaría con más contención que Israel”, dijo la embajadora estadounidense, Nikki Haley, durante el debate.
Según fuentes diplomáticas, EE.UU. impidió que el Consejo de Seguridad adoptase una declaración sobre los hechos, en la que se pedía una investigación imparcial.
Haley, además, aseguró que lo sucedido ayer no tiene ninguna conexión con el traslado de la embajada de EE.UU. a Jerusalén y acusó a Irán de estar detrás de “los terroristas de Hamás”.
“Aquellos que sugieren que la violencia en Gaza tiene algo que ver con el emplazamiento de la embajada de EE.UU. están sumamente equivocados”, insistió.
La diplomática defendió esa decisión de la Casa Blanca y consideró que no puede haber ningún acuerdo de paz que no incluya a Jerusalén como capital israelí.
En respuesta, sin embargo, una mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad reiteraron su oposición al movimiento estadounidense e insistieron en que el estatus de Jerusalén sólo puede definirse en un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos.
Algunos, como Rusia, advirtieron que las “acciones unilaterales”
estadounidenses están teniendo un impacto negativo sobre el terreno y desestabilizando aún más la situación.
Además, con más o menos firmeza, casi todos criticaron la respuesta dada por Israel a las protestas en la frontera de Gaza y el alto número de víctimas.
Bolivia, por ejemplo, pidió que la Corte Penal Internacional (CPI) investigue “los crímenes cometidos” contra los palestinos durante las manifestaciones de las últimas semanas.
Otros, como los países de la Unión Europea, insistieron en que “las fuerzas de seguridad israelíes deben abstenerse de un uso excesivo de la fuerza contra civiles desarmados”.
“El uso de la fuerza letal debe ejercerse con la máxima contención y solo como último recurso para proteger vidas”, señalaron en una declaración conjunta Francia, el Reino Unido, Holanda, Suecia y Polonia.