Washington- El ministro brasileño de Relaciones Exteriores de Brasil, Aloysio Nunes, expresó su deseo de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumpla con los plazos marcados por la Justicia respecto a la reunificación de las familias separadas en la frontera.
El canciller, que visitó este viernes dos centros de acogida de menores en la ciudad de Chicago (Illinois), aseguró que la situación de los pequeños es “relativamente confortable”, pero reconoció que lo que le habían transmitido los niños era su deseo de reunirse “de inmediato” con sus progenitores.
“De ahí nuestro empeño en que se pueda cumplir la segunda orden del presidente Trump dentro de los plazos establecidos por la Justicia estadounidense, es decir, en 30 días”, explicó Nunes a los periodistas.
Con estas palabras el canciller hacía referencia al compromiso de la Casa Blanca de acatar una reciente decisión judicial que, tras fallar en contra de la política de “tolerancia cero” del Gobierno en materia de inmigración, obligaba al Ejecutivo a reunificar a estas familias.
El juez federal que tomó la decisión, Dana Sabraw, dio 14 días de plazo a la Administración para cumplir con la sentencia en el caso de los menores de 5 años y de 30 días para los mayores de esa edad.
Nunes, quien sostuvo que en estos momentos 55 niños brasileños se encuentran en alguno de los diversos centros distribuidos por todo el país, reconoció que existe cierta “perplejidad” sobre cómo podrá llevarse a cabo semejante acción en el tiempo establecido.
Precisamente, el secretario del Departamento de Salud y Servicios Sociales (HHS), Alex Azar, anunció ayer que se están aplicando pruebas de ADN tanto a los menores como a sus padres para poder cumplir con los plazos, mientras que Washington ha advertido de que necesitará más tiempo del establecido por el juez para las reunificaciones.
“La condición actual de los niños es muy buena, desde un punto de vista material y también, en cierta medida, desde un punto de vista psicológico”, observó Nunes, quien no obstante comentó que, en cualquier caso, tener a los menores encerrados y separados de sus padres supone una “privación cruel”. EFE