Santo Domingo- Propiciar el crecimiento y la reducción de la desigualdad no es una tarea fácil. Exige la puesta en práctica de una política fiscal efectiva que provea bienes y servicios públicos de calidad, genere estabilidad económica, promueva el desarrollo y redistribuya el ingreso.
Se trata de cuatro desafíos que el Ministerio de Hacienda tiene muy claros a la hora de dirigir la política fiscal, “una poderosa herramienta que en el caso de República Dominicana concentra sus esfuerzos en la focalización del gasto hacia los más pobres y en una estructura tributaria progresiva que está disminuyendo la desigualdad”.
Así lo planteó Camila Hernández Villamán, encargada del Departamento de Estudios Fiscales de la Dirección General de Análisis y Política Fiscal del Ministerio de Hacienda, al pronunciar la conferencia “La política fiscal y su rol en el crecimiento y la reducción de la desigualdad”, en el marco de la VI edición de la Semana Económica y Financiera del Banco Central.
Hernández Villamán indicó que para lograr resultados económicos eficientes y equitativos, el Gobierno cuenta con un sistema tributario progresivo y además, con subsidios, transferencias y gasto público social enfocado en familias vulnerables y en el desarrollo del país.
La economista explicó que el gasto social es una de las formas mediante las cuales los gobiernos pueden mejorar las condiciones de vida de la población y que de acuerdo a cifras oficiales: “el 65% de los extremadamente pobres en la República Dominicana se beneficia del gasto en educación pública”.
Declaró que el 37% de los proyectos desarrollados en 2017 estuvieron asociados a la construcción y reconstrucción de escuelas y estancias infantiles, “inversión que tiene un impacto de largo plazo en el crecimiento porque contribuye a la acumulación de capital humano”.
Asimismo, citó que durante el periodo 2014-2018, un 2.7% del gasto público total correspondió a subsidios y transferencias a los hogares, durante la exposición que se llevó a cabo en el salón Américo Lugo del Banco Central.
“Los programas de transferencias monetarias condicionadas diseñados para apoyar la nutrición y la educación básica son las transferencias directas más progresivas del país”, comentó Hernández Villamán.
Precisó que en promedio, durante el periodo 2014-2018, un 10.4% del crecimiento del producto interno bruto es explicado por el crecimiento que registró el gasto público, sin incluir la inversión.
A juicio de la especialista en macroeconomía, econometría aplicada y simulación de modelos económicos, la política fiscal contribuye a la reducción de la desigualdad debido a que los impuestos directos e indirectos son especialmente progresivos.
“De acuerdo al Banco Mundial, solo en 2013, la política fiscal fue responsable de una reducción de 2.3 puntos del Índice de Gini, coeficiente internacional que se utiliza para medir la desigualdad de los ingresos dentro de un país”, explicó.