La apelación de Trump es la segunda que hace ante el Supremo sobre sus documentos financieros en dos días porque este jueves los abogados del presidente presentaron otro recurso ante la máxima instancia judicial para impedir la entrega de sus declaraciones de impuestos de los últimos ocho años a las autoridades de Nueva York.
Estos dos casos son los primeros relacionados con las finanzas de Trump que llegan al Supremo, y podrían resultar en una decisión de esa corte sobre hasta qué punto llega el principio de inmunidad del presidente frente a las investigaciones penales.
Trump confía en que la mayoría conservadora en la máxima instancia judicial, con dos de los nueve jueces nominados por él, le escude de tener que hacer públicos sus datos fiscales, por lo que los casos también prometen poner a prueba el principio de separación de poderes en Estados Unidos.
El litigio que Trump apeló este viernes se remonta al pasado marzo, cuando los líderes demócratas en el Comité de Supervisión de la Cámara Baja solicitaron los registros financieros del presidente a Mazars USA, la firma de contabilidad que usan el mandatario y sus empresas.
La petición incluyó documentos desde 2011 a 2018 que el comité requiere para investigar las finanzas del presidente y sus posibles conflictos de interés.
En mayo, el juez federal Amit Mehta consideró que Trump “no puede bloquear” la citación judicial de ese comité de la Cámara de Representantes a Mazars, y en octubre, el Tribunal Federal de Apelaciones del Distrito de Columbia coincidió en que la solicitud de los demócratas era “válida y aplicable”.
Al presentar el recurso ante el Supremo, uno de los abogados de Trump, William Consovoy, rogó a la corte que acepte el caso, porque si no lo hace y el mandatario se ve obligado a entregar los registros, se sentará el precedente de que “cualquier comité podrá exigir cualquier tipo de información personal del presidente”.
“Dada la tentación de desenterrar trapos sucios de sus rivales políticos, las peticiones de información intrusivas sobre las vidas personales de los presidentes se convertirán en la nueva norma en nuestros tiempos de Gobierno dividido, sea cual sea el partido que esté en el poder”, escribió Consovoy en su recurso.
“Si cualquier presidente de un comité va a tener esta autoridad sin límites, esta corte debería ser quien lo decida”, agregó.
Trump es el primer presidente estadounidense desde Gerald Ford (1974-1977) que no publica cada año su declaración de impuestos, una tradición que sus predecesores consideraban parte de su deber de transparencia y rendición de cuentas ante el pueblo.
El mandatario rompió con esa tradición ya durante la campaña electoral de 2016, cuando se negó a publicar su última declaración de impuestos con el argumento de que estaba sujeta a una auditoría por parte del Servicio de Rentas Internas (IRS, en inglés).
La Fiscalía de Nueva York, por su parte, quiere obtener las declaraciones de impuestos de Trump para determinar si los pagos de dinero en secreto del entorno del ahora presidente a la actriz porno Stormy Daniels durante la campaña electoral de 2016 violaron la legislación de ese estado. EFE