Santo Domingo- “Todo residuo del proceso productivo de una industria puede convertirse en materia prima para otras actividades productivas de la misma industria o de otras empresas. Con esto no solo se incrementa la rentabilidad, sino que se contribuye a establecer cadenas de valor y a generar empleos, fomentar el emprendedurismo”, expresó el presidente de la Asociación de Industrias de la República Dominicana, Campos De Moya Fernández.
De Moya Fernández dijo que es necesario moverse hacia el aprovechamiento completo de los residuos industriales. “Se trata de negocios, se trata de energía, se trata de generación de empleos y de sostenibilidad”, enfatizó.
El presidente de la AIRD hizo sus pronunciamientos al presentar en el desayuno temático de la institución al experto internacional Jorge Treviño, director de ECOCE, una institución formada por empresas mexicanas que fomentan el reciclaje y la economía circular, especialmente vinculada al sector de plásticos.
En la actividad Carlos Rodríguez Álvarez, director institucional de la AIRD, presentó los objetivos y avances del proyecto de Economía Circular en el país, que la AIRD lleva a cabo con el apoyo del Fondo Multilateral de Inversiones (BID/FOMIN).
Ambas presentaciones fueron comentadas por Jorge Rizek, quien es presidente de la empresa Rizek Vidal Recicladores de República Dominicana.
De Moya pide compromiso con la economía circular
De Moya consideró que impulsar la economía circular constituye una oportunidad y un reto. En ese sentido, llamó al sector público y al sector privado, así como a la sociedad en su conjunto, “a responder con pasión y compromiso, seguros de que así mejoraremos nuestra productividad sin comprometer la sostenibilidad ambiental de las futuras generaciones”.
Afirmó que la economía circular se basa en un nuevo modelo de sociedad que utilice y optimice los materiales y residuos, dándoles una segunda vida y ahorrando así importantes divisas para el país, así como garantizando sostenibilidad ambiental.
Explicó que constituye un sistema que busca aprovechar los recursos al máximo. Aboga por utilizar la mayor parte de los materiales biodegradables posibles en la fabricación de bienes de consumo, de modo que puedan ser absorbidos por la naturaleza sin causar daños medioambientales al agotar su vida útil.
“En este modelo productivo –así podemos llamarlo- se trata de buscar el equilibrio entre aspectos relativos a la productividad, la rentabilidad, por un lado, y lo social y ambiental por el otro. Ganan las empresas, ganan los consumidores, gana la sociedad”, concluyó De Moya.