Washington- EFE- El déficit en el comercio internacional de bienes y servicios de Estados Unidos subió un 8,4 % en mayo hasta los 55.500 millones de dólares, la mayor cifra en cinco meses y con un importante incremento de las importaciones de México pese a los esfuerzos proteccionistas del presidente Donald Trump.
En mayo, las exportaciones alcanzaron un valor de 210.600 millones de dólares, un 2 % más que en el mes anterior; y las importaciones ascendieron un 3,3 %, hasta los 266.200 millones de dólares, informó este miércoles el Departamento de Comercio.
En los primeros cinco meses del año, el déficit comercial ha aumentado un 6,4 % respecto al mismo periodo de 2018, hasta un total de 261.400 millones de dólares.
La cifra es algo superior a las previsiones de los analistas, que habían anticipado un déficit de 54.400 millones de dólares.
El alza de mayo vino dada en gran parte por el abrupto aumento en las importaciones de automóviles, de un 7,5 %, así como al incremento del 11 % en las importaciones de crudo.
El déficit con China, muy sensible políticamente por la guerra comercial desatada por el presidente estadounidense, subió en mayo un 12 %, hasta los 30.200 millones de dólares.
Por su lado, el saldo comercial negativo con México aumentó en mayo un 18,1 % hasta un récord de 9.600 millones de dólares.
El pasado fin de semana Trump se reunió en el marco de la cumbre del G20 de Japón con el presidente chino, Xi Jinping, y alcanzaron una nueva tregua en la disputa comercial, lo que ha animado a los mercados financieros.
Trump acordó no imponer nuevos aranceles a importaciones chinas, mientras que Xi prometió aumentar las compras de productos agrícolas estadounidenses.
Las negociaciones entre Pekín y Washington para resolver la guerra comercial ya se han reanudado y se “encaminan en una buena dirección”, explicó este lunes, Peter Navarro, asesor comercial de Trump, en una entrevista en la CNBC.
El mandatario llegó a la Casa Blanca con la promesa de reducir el abultado déficit comercial en el país, pero tras más de dos años en el cargo no ha logrado reducir el desequilibrio.
Pese a las promesas de Trump de reequilibrar el déficit que, a su juicio, responde al trato injusto que le dan sus socios comerciales, lo cierto es que no ha logrado reducirse y cerró 2018 en el mayor registro desde 2008.
De hecho, los economistas consideran que la balanza comercial no es un indicador significativo de la salud económica de un país.
Estados Unidos, como primera economía mundial, suele ver cómo aumentan históricamente los déficit durante las épocas de bonanza al incrementar el apetito de los estadounidenses por las importaciones.
Precisamente, Estados Unidos vive un momento de sólida expansión económica, con una tasa anual de crecimiento del 3,1 % en el primer trimestre de 2019, espoleado por el agresivo estímulo fiscal lanzado por Trump a través del recorte de impuestos para las empresas y, en menor medida, los trabajadores.
Estas tensiones ha provocado inquietud en los mercados financieros y dudas sobre la evolución de la economía global.
En abril, el Fondo Monetario Internacional (FMI) presentó en su asamblea de primavera sus últimas previsiones de crecimiento global, que redujo en dos décimas respecto a lo calculado en enero, hasta el 3,3 % como consecuencia de los efectos sobre la actividad económica mundial de estas tensiones comerciales.
La directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, ha insistido recientemente en que la economía global vive “un momento delicado” y urgió a no caer en medidas proteccionistas, que calificó como “heridas autoinfligidas”. EFE