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Aunque, según datos del Banco Mundial, solo el 16 % de la población dominicana habita en la zona rural, los productores agropecuarios son los responsables de que el país disfrute de una autosuficiencia alimentaria del 90 %: de su sudor depende que haya comida para más de 11 millones de residentes y 10 millones de turistas.

Durante una época, las políticas e inversiones estatales fueron concentradas en el ámbito urbano, provocando una persistente emigración hacia las ciudades; fenómeno que el Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA) enfrenta con un proyecto que no solo identifica las carencias y aspiraciones de las localidades rurales, sino lleva a ellas una mayor cantidad de servicios públicos.

A través del programa FEDA en tu Comunidad, la institución gubernamental efectúa operativos que incluyen: levantamientos de necesidades de las poblaciones rurales, canalización de servicios públicos, especies e insumos agropecuarios y capacitación en las áreas de producción de alimentos y deberes y derechos ciudadanos.

El proyecto ha alcanzado, hasta la fecha, a más de 23 mil beneficiarios directos y 100 mil indirectos, mediante unas 87 jornadas de inclusión socioeconómica en las que el FEDA ha invertido, aproximadamente, 33.8 millones de pesos para mejorar la calidad de vida de los campesinos.

Se trata del brazo social del FEDA. Su objetivo es promover el desarrollo de las comunidades rurales y aportar soluciones en materia de salud, capacitación y orientación; así como acercarlas al Gobierno central, para que se beneficien de sus ejecutorias”, afirma el director de la institución gubernamental.

El economista e investigador Hecmilio Galván explica que las actividades son coordinadas con alcaldías, organizaciones agropecuarias, juntas de vecinos y grupos comunitarios, durante jornadas en las que participan entre 300 y 900 pobladores rurales que resultan beneficiarios de los servicios del programa.

Servicios públicos
Durante las jornadas del FEDA en tu Comunidad son efectuados operativos médicos, jornadas de afiliación a la tarjeta Supérate y entrega de carnés del Seguro Nacional de Salud (SENASA), correspondientes al Régimen Subsidiado.

“Igualmente, capacitamos en materia de género y prevención de la violencia intrafamiliar, con el acompañamiento del Ministerio de la Mujer; y talleres juveniles sobre emprendimiento agropecuario y huertos familiares; así como concursos infantiles de dibujo y donativos de herramientas agrícolas y pollitas ponedoras todo patrocinado por el FEDA”, explica Galván.

El funcionario refiere que, entre otros servicios, los moradores rurales reciben alimentos de los Comedores Económicos, orientación vocacional impartida por el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (INFOTEP), asesoría financiera del Consejo Nacional de Promoción y Apoyo a la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Promipyme) e incorporación al programa de pensiones solidarias del Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (CONAPE).

La iniciativa cuenta, además, con la colaboración del Programa de Medicamentos Esenciales Central de Apoyo Logístico (PROMESE-CAL) y el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA), entre otras instituciones gubernamentales.

“Pobreza, inequidad territorial, presión migratoria e inseguridad alimentaria son algunas aristas de la deuda social acumulada que el país tiene con las localidades rurales, las cuales tratamos de revertir con todos nuestros programas, en especial con FEDA en tu Comunidad”, subraya Galván.

“A pesar de las dificultades”, agrega “el campo dominicano no ha desaparecido ni las familias campesinas tampoco; por el contrario, casi dos millones de dominicanos residentes en las zonas rurales trabajan por el bienestar de todos y aspiran a una justa inclusión socioeconómica, por lo que apoyarlos desde el Estado reviste una importancia trascendente para su desarrollo”.

Logros del programa

Gloria Jiménez y Víctor Alcántara, coordinadores de FEDA en tu Comunidad, afirman que la iniciativa, ejecutada en las 31 provincias del país, ha incentivado una mejoría en la salud física de los beneficiarios; así como mayores niveles de capacitación en agroecología, crianza de animales de granja y derechos y deberes ciudadanos.

“Los moradores rurales participan ahora en intercambios de ideas y experiencias sobre proyectos productivos, conocen la forma de acceder a servicios brindados por el Estado, saben cómo gestionar la legalización de documentos y acceder a fuentes crediticias pública y privadas; además de que están entrenados en emprendimiento, género y violencia intrafamiliar”, añaden.

Jiménez y Alcántara destacan el éxito de las jornadas en zonas rurales con alto índice de vulnerabilidad, como Juancho, Oviedo y Pedernales, provincia de Pedernales; Los Uveros, Montecristi; El Gato de Cumayasa, La Romana; San Luis y La Victoria, Santo Domingo; La Coyera, María Trinidad Sánchez; Magua y Sabana de la Mar, Hato Mayor; Las Cañitas, Carrera de Yeguas y Las Matas de Farfán, San Juan de la Maguana; Guanito y El Llano, Elías Piña; y Arroyo Dulce, Barahona.

El director del FEDA subraya, a su vez, que los campos sirven a pueblos y ciudades en muchas formas: en la producción de alimentos, como zonas de esparcimiento y mediante la formación de los pulmones ecológicos indispensables para la producción de agua y la preservación de la flora y la fauna.

“Nos empeñamos en eliminar los sesgos que, históricamente, han impedido a las comunidades rurales disfrutar los beneficios de importantes políticas públicas, especialmente en las áreas de salud, derechos ciudadanos, acceso a servicios, capacitación, producción y comercio”, añade Galván.

Por esto, agrega, el FEDA también apoya a las zonas rurales con proyectos de inversión y modernización, mediante la implementación de avanzadas tecnologías de producción y comercio, como paneles solares y nuevas técnicas de crianza, cultivo y venta.

“No menos importante”, concluye el funcionario, “trabajamos junto a los hombres y mujeres del campo con miras al fortalecimiento de su sentido de inclusión y pertenencia, fomentando la conectividad social necesaria para compartir los saberes y quehaceres que construyen juntos; así como los valores y compromisos fundamentales que los identifican como comunidad”.