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BOGOTÁ.-EFE- Latinoamérica teme que las consecuencias económicas de la epidemia del coronavirus reduzcan el margen de crecimiento de la región en apenas un 0% e, incluso, supongan una contracción de hasta un 2% en 2020, según analistas consultados por Efe.

El hundimiento de los mercados, las restricciones a los vuelos, la cancelación de eventos y las pérdidas del comercio son los primeros efectos que ha dejado el COVID-19 tras su llegada a Latinoamérica, en donde además se prevén las repercusiones de la guerra de precios en el mercado del petróleo entre Rusia y Arabia Saudí.

“Pagar costos de corto plazo hoy parece una elección racional. En este escenario, la economía de América Latina crecerá muy por debajo de lo estimado inicialmente (1,6 % según el FMI), e inclusive puede que la región crezca apenas por encima del 0 % para finales de 2020”, advirtió la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban) en un análisis compartido a Efe por su secretario general, Giorgio Trettenero Castro.

Lo que más preocupa es que la actual situación agudice aún más la economía de Argentina, México y Ecuador, o termine de hundir a Venezuela o Cuba.

Ante la coyuntura, Brasil anunció un plan de choque que incluye la inyección de 147.300 millones de reales (unos 29.100 millones de dólares) en la economía del país.

En Perú, donde el turismo es uno de los grandes afectados por el coronavirus, el sector dejará pérdidas por al menos 100 millones de dólares, mientras la importante relación comercial con China se desarrollará a la baja.

El COVID-19 y las presiones que generan los bajos precios del crudo también provocarán dificultades para “mantener el ritmo de crecimiento” del 3,3 % de 2019 en Colombia, a la vez que podría darse una aceleración de la inflación en la medida en la que la “devaluación hace incrementar el precio final de los bienes importados y de los insumos productivos”, señaló a Efe Juan Pablo Espinosa, director de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado en Bancolombia.

El Gobierno paraguayo es más optimista y descartó que el coronavirus vaya a pasarle factura a su economía y mantiene las perspectivas de crecimiento de su producto interior bruto (PIB) en el 4,1 %.

PRONÓSTICOS POCO ALENTADORES

Moody’s Analytics advirtió con base en un modelo matemático que la economía mundial caerá en recesión en 2020 en un escenario en el que la tasa de letalidad sea del 3 % y el pico de personas infectadas sea alcanzado a mitad del presente año.

Según esa agencia, la economía de América Latina se contraería más del 2 %, muy por encima del ponderado mundial equivalente a una caída del 0,2 % durante el año.

“Desafortunadamente las significativas limitaciones y falta de preparación del sistema de salud pública elevan el riesgo de acelerar la enfermedad debido a su poca capacidad para combatir el contagio viral”, apuntó.

EE.UU. Y LA EUROZONA SENTIRÁN EL GOLPE

JPMorgan Chase tampoco es optimista en sus pronósticos ya que estima contracciones en el PIB de EE.UU. y la eurozona para el primer y segundo trimestre del año que podrían llevar a una “nueva recesión global”, aunque no considera que se vayan a cumplir los criterios para que sea declarada oficialmente.

La entidad financiera calcula que el PIB de EE.UU. se puede contraer un 2 % en el primer trimestre y un 3 % en el segundo, mientras para la eurozona la contracción sería del 1,8 % y el 3,3 %, respectivamente.

LA ESTRATEGIA DE LOS BANCOS CENTRALES

Felaban explica que tal y como viene ocurriendo desde 2008, “los bancos centrales del mundo han ofrecido sus herramientas de política monetaria para responder a este evento adverso inesperado que sin duda afecta la economía”.

El mayor ejemplo en América lo puso la Reserva Federal (Fed) de EE.UU., que lanzó el mayor paquete de estímulo monetario desde la crisis financiera de 2008, con un súbito recorte de tipos de interés hasta casi el 0 % y una inyección de liquidez por valor de 500.000 millones de dólares.

En el caso de Latinoamérica Felaban destacó que “solo en el mes de febrero se registraron cuatro casos sobre una política monetaria expansiva”. Asimismo, subrayó que “la política fiscal debe ser activa para contribuir a reanimar la economía mundial”, pues “si en enero de 2020 este era un tema de debate, ahora con la situación del coronavirus, su necesidad luce imperiosa”.

AGRAVANTE DEL PETRÓLEO

Las actuales e históricas caídas del petróleo por falta de un acuerdo en términos de producción están perjudicando aún más a las frágiles economías regionales, tal y como lo explicó a Efe Sergio Olarte, economista principal en Scotiabank Colpatria en Colombia.

“Los países exportadores de petróleo se han visto afectados por la guerra de precios que empezó Arabia Saudí al no lograr una negociación con Rusia, lo que claramente afecta la economía y en nuestros cálculos puede tumbar el crecimiento mundial en medio punto porcentual para el 2020, suponiendo que los efectos en el precio del petróleo no duren sino hasta mitad de año”, precisó.

Por el lado del COVID-19, apuntó, “lo que hemos visto es que los canales de distribución del mundo se han visto afectados seriamente al igual que la demanda por bienes y servicios, lo que afecta a la gran mayoría de las materias primas como el cobre, la plata e incluso el oro (…). En Perú, Brasil, Chile o México esta serie de acontecimientos los tomó en un choque de desaceleración económica importante, lo que puede hacer que el crecimiento de estas economías esté por debajo del 1 % para este año”.

“Será clave saber cuál será la temporalidad de este choque y entre más dure, los efectos serán permanentes. Según nuestros cálculos, esperamos que esta realidad económica se mantenga por cerca de dos meses más y se comience a dar una recuperación de la demanda externa”, comentó. EFE