SANTO DOMINGO, 3 de agosto de 2023 – La República Dominicana (RD) ha sido una de las economías de más rápido crecimiento durante las últimas dos décadas en América Latina y el Caribe. Pero mantener ese crecimiento dinámico en el futuro -y ampliar sus beneficios para más hogares y zonas en pobreza- requerirá un mayor aumento en la productividad, a través de la implementación de reformas para fortalecer el capital humano, la competitividad, la innovación, la eficiencia en el gasto público y la resiliencia frente a eventos climáticos, según un nuevo estudio del Banco Mundial.
El informe “Repensar la productividad para impulsar el crecimiento sin dejar a nadie atrás, memorando económico de RD” destaca que el crecimiento económico de la RD promedió 5.8 por ciento por año entre 2005 y 2019, más del doble del promedio de América Latina y el Caribe (2.6 por ciento). Sin embargo, los motores de este excepcional crecimiento están llegando a su límite debido al bajo crecimiento de la productividad en los últimos años, obstaculizado por un insuficiente capital humano para atender las necesidades del sector empresarial, la ocurrencia de desastres relacionados con el cambio climático y distorsiones en mercados claves, incluyendo la asignación poco eficiente de exenciones fiscales.
“El modelo que ha generado tantos beneficios sociales y económicos para el país puede ser revitalizado para que se convierta en un crecimiento más dinámico, inclusivo y sostenible, el cual permita seguir reduciendo las brechas de ingreso, sobre todo para las mujeres, y que promueva mejores empleos y más oportunidades para más hogares y regiones en el país”, dijo Alexandra Valerio, representante residente del Banco Mundial en RD. “Este estudio provee insumos para avanzar reformas que apoyen la transformación económica de la República Dominicana, sin dejar a nadie atrás”, añadió.
Las reformas estructurales propuestas en el informe para impulsar el crecimiento de la productividad se enfocan en:
- Fortalecimiento del capital humano: primero, adecuando el sistema educativo a las necesidades del mercado, mediante la modernización de estudios secundarios, la educación continua para adultos y la expansión de programas de entrenamiento y actualización de habilidades relevantes en el mercado laboral, entre otras medidas. Segundo, reduciendo la desigualdad de oportunidades entre géneros y entre áreas rurales y urbanas, mediante incentivos para que los padres compartan el cuidado infantil temprano, monitoreando la deserción escolar y brindando becas universitarias en áreas rurales, entre otros.
- Fomento de la competencia: reduciendo barreras para el ingreso y expansión de empresas en sectores económicos claves (incluyendo la revisión de la participación gubernamental en empresas estatales o su rol en complejas regulaciones públicas), aprovechando iniciativas como la ventanilla única de tramitación para reducir las barreras de entrada para las empresas, y la revisión de disposiciones de protección sectorial a empresas establecidas, cuotas de producción y exportación, y controles de precios, entre otros.
- Incentivos para la innovación: servicios de extensión tecnológica, mejora de capacidades gerenciales, desarrollo de infraestructura básica para la innovación e implementación de subsidios para pequeñas y medianas empresas que no se han beneficiado de incentivos fiscales.
- Mejoras en la eficiencia del gasto público y el sistema tributario: un aumento en la eficiencia del gasto público en educación, por ejemplo, ayudaría a mejorar la calidad del capital humano y la mejor alineación de la educación superior con necesidades empresariales. Por el lado tributario, la eliminación de exenciones tributarias y la ampliación de la base impositiva siguen siendo prioridades.
- Aumento de la resiliencia frente a choques externos y eventos climáticos: desarrollando estrategias de riesgo fiscal para reducir la incertidumbre presupuestaria, adoptando programas para la ecologización de instituciones públicas y paquetes de mitigación flexibles que compensen los costos de ajuste temporal de la descarbonización a nivel regional, empresarial y doméstico.
“Este informe examinó la experiencia reciente de crecimiento económico de la República Dominicana desde perspectivas macroeconómicas, sectoriales y microeconómicas. El informe estudió el desempeño del crecimiento económico del país tanto a nivel agregado como empresarial. También evaluó el entorno de competencia del mercado dominicano, así como las perspectivas del país para abrir espacio fiscal para llevar a cabo las inversiones públicas que tanto se necesitan”, dijo Gabriel Zaourak, economista senior del Banco Mundial para RD.
Como parte de su Marco de Alianza con la RD 2022-26, el Banco Mundial también está llevando a cabo un estudio exhaustivo sobre medidas de adaptación y mitigación del cambio climático en la República Dominicana (CCDR, por sus siglas en inglés) cuyas recomendaciones principales estarán complementando las presentadas en este informe.