Cristiano lanzó el guante después de sentenciar el Mundial de Clubes, como decidió la Champions de Cardiff, como fue determinante en la Liga, como fue letal en el Mundial de Clubes anterior, disputado en Yokohama.
Con la sonrisa por bandera y el trofeo en sus manos, en Abu Dhabi se dejó querer por un Real Madrid que ya le quiere bastante: «Yo deseo retirarme aquí, pero todo depende del club». El Balón de Oro no abrió un frente, manifiestan los hombres que trabajan con él. Al revés, lo que busca es «un guiño del club».