Violentos enfrentamientos entre la Policía y manifestantes volvieron a estallar este domingo en varios puntos de Santiago y otras ciudades de Chile, en medio del estallido social que llevó al gobierno del presidente Sebastián Piñera a sacar militares a las calles y declarar el Estado de Emergencia, constató la AFP.
Un cacerolazo popular, que ha sonado fuerte en gran parte de la capital desde que se iniciaron estas protestas, volvió a derivar en enfrentamientos con las fuerzas especiales de la Policía y militares, que sobre el mediodía repelían los ataques con gases lacrimógenos y chorros de agua en Plaza Italia, Plaza Baquedano y Puente Pío Nono, Santiago, según informaron los periódicos El Mercurio y Tercera Semana.
Al mismo tiempo unas 3.000 personas se manifestaban pacíficamente en Plaza Ñuñoa, Santiago, de acuerdo a Cooperativa.
También se han reportado nuevos intentos de saqueo en supermercados y un enfrenamiento con disparos en Hualpén, Concepción, de acuerdo a la cadena T13, y en Peñalolén, Santiago, según Cooperativa.
El estallido social comenzó con una serie de protestas por la suba en el precio del boleto del transporte público y ha derivado en una serie de incidentes con las fuerzas de seguridad, en los cuales hasta el momento han muerto tres personas, dos de ellas por el incendio de un supermercado. También hay 62 heridos y 716 detenidos en 103 incidentes registrados por las autoridades.
En este contexto se decretó el Estado de Emergencia en seis provincias: Santiago, Chacabuco, Valparaíso y Concepción, además de las comunas de Puente Alto, San Bernardo, Rancagua, Coquimbo y La Serena de acuerdo a reportes de El Mercurio.
Este domingo se registraban también largas colas para la compra de medicamentos, alimentos y combustible ante el temor por un posible desabastecimiento.
Chile se encuentra de hecho paralizado este domingo, con prácticamente todo el comercio cerrado, suspensiones y cancelaciones de vuelos en el aeropuerto y un escasísimo transporte público, en medio de las peores protestas desde el retorno a la democracia en 1990, que suman tres muertos.
Partió. Carabineros gaseó el interior de mi edificio y entró para llevarse a un vecino. (Crédito del video a Amancay) pic.twitter.com/2hbDddE4Vn
— Davor Mimica (@dmimica) October 20, 2019
El centro de Santiago muestra por la mañana imágenes dantescas de destrucción: semáforos en el suelo, restos de autobuses quemados, comercios saqueados y miles de piedras y palos sobre las calles tras la serie de protestas que se iniciaron el viernes con el alza de las tarifas del metro pero que luego hicieron eco de muchas otras reivindicaciones sociales.
En tanto, en el aeropuerto de la capital chilena, centenares de personas quedaron varadas, muchas de ellas durmiendo en el piso, por la cancelación o reprogramación de vuelos. El Gobierno desplegó militares también en las regiones de O’Higgins y Coquimbo, igualmente golpeadas por la violencia.
Salimos a la calle nuevamente! Sin temor contra la dictadura de Piñera y sus milicos. Cacerolazo masivo a esta hora en Vicuña Mackena #toquedequeda #ChileEnDictadura pic.twitter.com/nET9a8f5qV
— Cacerolo Antipiñera® (@Cacerolachilena) October 20, 2019
Las protestas comenzaron el viernes debido al alza de la tarifa del metro de Santiago, que cada día utilizan cerca de tres millones de personas, de 800 a 830 pesos chilenos. Una serie de incidentes violentos en las estaciones del subterráneo llevaron al Gobierno a decretar el Estado de Emergencia y a desplegar militares en las calles por vez primera desde el retorno a la democracia en Chile tras el fin de la dictadura de Augusto Pinochet, en 1990. Cuando las manifestaciones desbordaron varios puntos de Santiago, con saqueos al comercio, enfrentamientos con la policía y militares y quemas de estaciones del metro, Piñera dio marcha atrás y suspendió el sábado el alza del boleto del metro.
El domingo, el mandatario se reunirá con sus ministros y autoridades de los demás poderes para discutir la situación. Y también convocó a una mesa de diálogo “amplia y transversal” para acometer demandas sociales, que de momento no tienen un líder visible ni un pliego de peticiones preciso.
Infobae