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«¿Quién es el pequeño de allí? El que está arriba del Kart», preguntaba un experimentado fanático de la categoría Kerpen Kart challenge, de Karting en Alemania. «Es Mick Betsch», le respondía otro, apuntándolo con el dedo mientras ganaba su primera carrera con tan solo 11 años.

Poco a poco el niño rubio empezó a llamar la atención. Siempre ocupando un lugar en el podio: tercer puesto en el Euro Wintercup con 12 años, segundo lugar en el Campeonato europeo KF-Junior con 14, hasta que finalmente los espectadores comenzaron a notar, en su estilo de manejo y en sus gestos, que había algo distinto en él.

Durante su etapa dentro del mundo del Karting, Mick utilizaba el apellido de soltera de su madre, una elección con la que se intentó evitar una presión mayor a la hora de competir, ya que su padre era el múltiple campeón de Fórmula 1, Michael Schumacher.

Una vez que se confirmó su procedencia, los medios del mundo comenzaron a seguir su carrera deportiva y entablaron una comparación con «El Kaiser». Con sólo 15 años, en abril del 2015, se metió en el mundo motor profesional, formando parte de la Fórmula 4, una categoría para jóvenes talentos perteneciente al Club del Automóvil de Alemania (ADAC) junto al equipo holandés Van Amersfoort Racing.

En su debut se quedó con la décima posición. Sin embargo, al año siguiente, cosechó 12 podios en 24 carreras y logró salir segundo en la clasificación general por detrás de Joey Mawson, tres años mayor que él.

En ese mismo año Mick, que ya era más Schumacher que nunca, compitió en el campeonato italiano de F4, en el que volvió a conseguir un segundo lugar con apenas 17 años, por detrás del argentino Marcos Siebert.

Al año siguiente, el suizo-alemán ya había dado otro paso hacia su objetivo: debutó en la Fórmula 3 junto a la escudería Dallara de Prema propulsado por Mercedes. En esta ocasión, el joven de 18 años culminó el torneo a dos escalones del Top 10, un puesto considerable teniendo en cuenta que fue su primera participación.

«Afronté mi primera temporada en F3 con el objetivo de aprender lo máximo posible», explicó el pequeño Schumacher. «Así ha sido este año y estoy realmente contento. Intento mejorar en todas las facetas», concluyó.

No es fácil ser un Schumacher y el piloto belga de Fórmula 1 Max Verstappen lo sabe: «Su situación es difícil. Tiene una cantidad increíble de presión, ya que su padre fue muy exitoso. Haga lo que haga, sea cual sea el error que haga, las cámaras están en él».

Por su parte, el pequeño Mick intenta quitarse esa carga por la cual no corría desde el inicio con ese apellido. «Me centro en mí mismo y no miro a los demás. Cada uno progresa a su ritmo».

Sin embargo, el piloto de 18 años tiene en claro cuál es su prioridad dentro del mundo motor: «Mi objetivo sigue siendo la Fórmula 1», indicó al término de una temporada en la que subió una vez al podio (3º en Monza en abril).

«No es fácil para él, pero va siguiendo los pasos de su padre, algo que no es fácil, ya que Michael es uno de los mejores pilotos de la historia de la Fórmula 1», sentenció el hombre de Red Bull, quien debutó por primera vez en un Gran Premio con 17 años.