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El equipo que más progresó en la Fórmula 1 de 2022 a 2023 es, sin lugar a dudas, Aston Martin. Pasó de ser un séptimo lugar que daba cierta pena, a pelear genuinamente por ser la segunda fuerza de la F1, pero ¿podrá mantenerse como candidato o ya vimos lo mejor de la escudería propiedad del magnate canadiense Lawrence Stroll?

Los autos verdes, impulsados por billetes del mismo color han demostrado que no sólo son el capricho de un millonario, sino que han tomado forma como un equipo solvente.

La llegada de Fernando Alonso fue un golpe maestro, ya que se habían quedado sin Sebastian Vettel, quien hizo más labores sociales mientras estuvo en Aston Martin que buenas carreras.

El segundo gran movimiento fue la contratación del exingeniero de Red Bull, Dan Fallows, quien trajo todo el “know how” para que el AMR23 naciera como un monoplaza competitivo, al grado de coleccionar siete podios en las primeras nueve carreras de la temporada.

Anteriormente “Lo compro” era la frase que podía describir el espíritu del equipo de Fórmula 1, Aston Martin. Porque no escatima, no regatea, no ahorra. Aston Martin paga y muy bien, pero lo hacía para buscar resultados a corto plazo, para buscar atajos. Hoy podemos decir que Lawrence Stroll dejo de comprar por comprar y dejó de querer tomar todas las decisiones.

Con Mike Krack al frente de lo deportivo, Stroll se dedica a conseguir los objetivos que podrán hacer de Aston Martin un equipo de punta.

El acuerdo con Honda para 2026 es el último gran paso de Stroll, pero ahora tiene dos problemas: el primero es que parecería que el desarrollo del AMR23 se ha detenido o rezagado respecto a Mercedes, McLaren y Ferrari y ya no tienen el segundo lugar en el Campeonato de Construtores.

El segundo problema es que su hijo es el segundo piloto del equipo, y si hubiera tenido un rendimiento menos irregular, tal vez todavía verían a Mercedes por encima del hombro.

Para el primer problema, el cual se dice que surgió del descubrimiento por parte de la FIA de que Aston Martin sacaba provecho de un espacio gris en el reglamento, el cual les permitía un diseño de ala delantera que no era precisamente legal, la solución es aerodinámica, trabajo en el túnel de viento, el plan de desarrollo y la aplicación de respuestas. Es decir, que tiene el personal adecuado para lograr salir de ese bajón de resultados en las últimas tres carreras.

Para el segundo problema la solución no es tan sencilla. Lance Stroll ha mostrado todas las caras posibles que un piloto puede tener, desde un talento competente y potencial, hasta un rendimiento flojo y errores mentales y de foco que hacen pensar que la Fórmula 1, tal vez ya no es algo primordial para el canadiense.

Lawrence Stroll es el socio mayoritario y cabeza de Aston Martin, pero responde a una junta directiva. Claramente, la escudería tiene el músculo económico como contratar al mejor piloto disponible o lograr que se ponga disponible alguno a punta de dólares, pero en su lugar tienen a un inconsistente Lance.

Aston Martin no tiene oportunidad de ser segundo en el campeonato si Fernando Alonso es el único en la escudería capaz de entregar resultados del nivel del auto, menos si Mercedes se solidifica, McLaren de alguna manera progresa aún más y si Ferrari recompone el camino.

Si Aston Martin termina el año en quinto lugar del Campeonato de Constructores habrá sido una oportunidad desaprovechada. Dependen de Alonso en el futuro inmediato, pero más dependen de la honestidad de los Stroll para capitalizar el potencial que han adquirido.