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Por: Moris Beracha

El presidente Trump firmó una Orden Ejecutiva para establecer una Reserva Estratégica de Bitcoin

El jueves 06 de marzo en la noche en la Oficina Oval, el presidente Trump firmó una Orden Ejecutiva para establecer una Reserva Estratégica de Bitcoin, marcando un hito monumental para la criptomoneda: los estados nacionales han llegado oficialmente al juego. Si bien países como El Salvador y Bután adoptaron previamente esta moneda digital, la entrada de Estados Unidos, el «perro grande» en la escena global, señala el inicio de una nueva era en la carrera por la acumulación de Bitcoin.

El Activo estratégico

Cuando pensamos en activos de reserva estratégicos, el oro es lo primero que viene a la mente. Durante siglos, las naciones han acumulado reservas de oro como pilar de estabilidad económica y soberanía financiera. Su escasez, durabilidad y aceptación universal lo han convertido en la reserva de valor más confiable a lo largo de la historia, permitiendo a los gobiernos protegerse contra la devaluación monetaria, la inflación y las crisis económicas. A diferencia de las monedas fiduciarias, sujetas a manipulación y riesgos geopolíticos, el oro es un activo apolítico que conserva su valor a través de generaciones. Su liquidez y su profundo mercado global refuerzan la confianza en los sistemas financieros y ofrecen un salvavidas contra la incertidumbre económica. Además, al no depender de ninguna institución o gobierno, el oro carece de riesgo de contraparte, consolidando su papel como ancla financiera a largo plazo. Por estas razones, sigue siendo una piedra angular de las reservas de los bancos centrales, incluso mientras el sistema monetario global evoluciona.

Aplicando este marco a los activos digitales, surge una pregunta lógica: ¿qué activo digital es el más adecuado para formar parte de una reserva nacional? La respuesta es clara: Bitcoin. La Orden Ejecutiva acierta al destacar a Bitcoin como el «oro digital». Desde su creación, esta etiqueta ha establecido un vínculo innegable entre ambos activos. Bitcoin fue diseñado cuidadosamente para encarnar las cualidades de una reserva de valor, reflejando las virtudes del oro —escasez, durabilidad, divisibilidad, fungibilidad y carácter no soberano— pero añadiendo portabilidad, verificabilidad y una política monetaria inalterable. Esto podría convertirlo en el primer activo de reserva perfecto jamás creado.

No existe un argumento creíble contra la inclusión de Bitcoin en una reserva estratégica de activos digitales. El debate, más bien, se centra en qué otros activos, si los hay, merecen un lugar junto a él.
La importancia estratégica de Bitcoin

La relevancia estratégica de Bitcoin es cada vez más evidente. Cuando Rusia fue excluida de la red SWIFT, el mundo presenció de primera mano las vulnerabilidades de un sistema financiero dependiente del dólar estadounidense. Este evento fue una llamada de atención: las naciones deben reevaluar sus reservas para evitar quedar expuestas al uso del sistema financiero como arma contra ellos mismos. Como resultado, muchos países buscan alternativas para realizar transacciones fuera de las vías monetarias tradicionales.

No sorprende que Bitcoin haya emergido como un tema de discusión serio entre las naciones BRICS, El Salvador, Bután y otros. Varias de estas naciones ya han establecido operaciones de minería de Bitcoin, reconociendo la necesidad de participar en la red monetaria descentralizada más grande del mundo y asegurando hashrate dentro de sus fronteras. A diferencia de las reservas fiduciarias en bancos occidentales, Bitcoin no puede ser embargado, censurado ni congelado por potencias extranjeras. Esto permite a los países preservar su opcionalidad e integrar silenciosamente Bitcoin en sus estrategias financieras como protección contra riesgos geopolíticos. Bitcoin ya es un activo de importancia estratégica; su reconocimiento formal como parte de las reservas nacionales es solo cuestión de tiempo.

En este contexto, la decisión de Estados Unidos de convertirse en un actor clave en la red Bitcoin adquiere una relevancia crítica. Esta maniobra no solo contrarresta los esfuerzos de otras naciones por reducir la hegemonía global del dólar, sino que asegura una participación significativa en el único sistema monetario verdaderamente descentralizado a gran escala. Es una situación en la que todos ganan , por eso decimos q bitcóin es un protocolo para lo prosperidad.

¿Hacia dónde vamos ahora ?

Hay varios puntos clave a considerar. Primero, el presidente y su equipo diseñaron un plan que distingue claramente entre Bitcoin y las altcoins. No se oponen a criptomonedas como ETH, SOL, XRP o ADA —de hecho, podrían apoyarlas mediante una reserva diversificada de activos digitales—, pero Estados Unidos no planea acumular altcoins mediante compras en el mercado abierto.

Segundo, el país cuenta con múltiples opciones para financiar la adquisición de más Bitcoin, lo que le otorga flexibilidad en su estrategia.

Tercero, y quizás lo más importante, esta Orden Ejecutiva ha puesto en marcha una carrera global por la acumulación de Bitcoin a máxima velocidad. Todos los países del mundo están ahora alertados: los estados nacionales buscan acumular todo lo q puedan de las 21 millones de bitcoins q habrá en existencia.

Curiosamente, el precio de Bitcoin no se disparó tras el anuncio. Por el contrario, cayó, ya que el público parecía decepcionado de que Estados Unidos no acompañara la Orden con una compra masiva de Bitcoin. Sin embargo, esta reacción podría ser un malentendido del mercado. En retrospectiva, esta caída podría verse como una gran oportunidad de arbitraje.

Reflexión final

Si hace cinco o seis años me hubieras preguntado cuál sería el desarrollo más optimista para Bitcoin, la idea de que el gobierno de Estados Unidos lo adoptara habría estado entre las primeras opciones. Hoy, casi 6 años después, estamos aquí, y es casi increíble. El gobierno federal ha reconocido al «dinero más duro jamás creado». Los estados de EE. UU. y otros países seguirán rápidamente este ejemplo. Pocas veces en la historia las personas han podido adelantarse a los gobiernos en la adopción de un activo financiero, pero esa es la belleza de Bitcoin.

Esta moneda digital está al alcance de cualquiera con acceso an internet, sin importar su riqueza, idioma, raza condición social . Solo requiere la capacidad de pensar de forma independiente y actuar con audacia. En este momento histórico, es imposible no reflexionar sobre lo extraordinario de este viaje. Satoshi Nakamoto inventó la solución perfecta a uno de los problemas más complejos del mundo. A pesar de la resistencia y las críticas, Bitcoin ha triunfado en un mercado libre donde las mejores ideas prevalecen. Ahora, Estados Unidos ha capitulado ante su potencial

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