Bolivia- El número de reclusos muertos tras el operativo en la cárcel de la ciudad boliviana de Santa Cruz (este), la más peligrosa del país, subió a ocho y entre los fallecidos hay un paraguayo y un brasileño, informó hoy una fuente oficial.
El viceministro de Régimen Interior, José Luis Quiroga, confirmó la información en una rueda de prensa ofrecida junto al comandante departamental de la Policía de Santa Cruz, Alfonso Siles.
Entre los reos fallecidos está un paraguayo que estaba detenido en el penal cruceño de Palmasola por narcotráfico y un brasileño recluido por asesinato, homicidio y robo agravado, detalló Quiroga.
Las otras víctimas son de nacionalidad boliviana y hay uno cuya identidad aún no ha sido precisada.
Cerca de una veintena de reclusos resultaron heridos, incluidos un brasileño, un paraguayo, un ecuatoriano y un colombiano, agregó el viceministro.
Explicó que los muertos y heridos “han resistido a balazos la intervención policial” en Palmasola y eran parte de un “grupo de poder” comandado por Víctor Hugo Escobar, alias ‘Oti’.
“Son personas muy peligrosas, narcotraficantes y asesinos que causaban zozobra en el interior del penal de Palmasola”, manifestó.
La intervención policial, en la que intervinieron unos 2.300 uniformados, se produjo la madrugada del martes y fue resistida a tiros por algunos reclusos, según la versión de las autoridades.
Además de los reos, siete policías resultaron heridos, tres de ellos por disparos de armas de fuego.
En la requisa, la Policía decomisó 620 gramos de cocaína, un centenar de plantas de marihuana y siete kilos de esa droga, 85 armas blancas ocho armas de fuego y cuatro granadas de guerra, según detalla un comunicado del Ministerio de Gobierno.
Es el tercer episodio crítico en los últimos meses en Palmasola, donde hace unas semanas salió a luz el caso de la violación de una niña de ocho años por parte de un interno que grabó los abusos en su teléfono móvil.
Hace unos días también hubo un motín en el que lograron fugar dos reclusos, luego de que las autoridades decidieran restringir el ingreso de menores para evitar más agresiones sexuales a niños.
En Palmasola hay más de 5.200 internos, de los que solo unos 400 tienen sentencia condenatoria.
La Iglesia católica expresó hoy en un comunicado “consternación y dolor por los hechos violentos” ocurridos en Palmasola, “que niegan la dignidad humana y colocan en cuestionamiento los fines de la justicia y del régimen penitenciario”.
“Las muertes y el dolor que pudieron evitarse claman que se establezcan responsabilidades y sanciones justas e inmediatas. No se puede instalar una adecuada administración de justicia pisoteando derechos fundamentales de las personas y justificando el recurso a la violencia”, señaló la Conferencia Episcopal Boliviana.
Reclamó, además, “una pronta investigación de los hechos fatales hasta descubrir las causas profundas de estos lamentables hechos”.
Las cárceles bolivianas presentan serios problemas de conflictividad y hacinamiento debido, entre otros factores, a que el 83 % de los más de 13.800 reclusos está en prisión preventiva sin sentencia y sus casos sufren el crónico retraso en justicia.