Managua- La cantidad de fallecidos durante las protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega en los últimos 16 días ascendió a 45, la mayoría entre el 18 y el 22 de abril pasado, informó hoy el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
La lista alcanzó las 45 víctimas, la mayoría estudiantes universitarios, pero no incluye a un estudiante universitario que, fue herido muy grave y, según algunas fuentes, falleció la madrugada de este jueves tras un ataque de la organización oficialista Juventud Sandinista y la Policía Nacional contra la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli).
Aunque en Nicaragua se habla de hasta 63 muertos, el Cenidh sostiene que su lista es más discreta debido al rigor con que trabaja, ya que únicamente confirma un fallecimiento luego de contrastar las listas de víctimas con los cuerpos, actas de defunción y con las versiones de los familiares, ya que hay personas que fueron arrestadas o desaparecieron durante las protestas.
Tras cinco días de tiroteos, y un lapso de 10 de manifestaciones pacíficas debido la ausencia de la Juventud Sandinista en las calles, la violencia volvió la madrugada de este jueves, con los sucesos de la Upoli.
Nicaragua atraviesa una crisis que lleva ya tres semanas, debido a multitudinarias manifestaciones en contra Ortega, que iniciaron por reclamos a una reforma a seguridad social y continuaron a pesar de que el mandatario revocó su decisión, debido a las múltiples muertes causadas por la represión.
En los hechos violentos fallecieron dos policías, un adolescente y un periodista, hubo saqueos, destrucción de edificios e infraestructura pública, así como la eliminación de símbolos del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Ahora los nicaragüenses demandan la renuncia de Ortega y de su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, a quienes acusan de liderar un Gobierno corrupto, represor, indolente, y violador de los derechos humanos y de la Constitución Política local.
La población de Nicaragua también señala al mandatario por supuestos fraudes electorales, las continuas alzas de los combustibles, el actuar impune de la Policía, las muertes sin explicación de campesinos que se oponían al Gobierno, el discurso oficial de «paz y reconciliación» que supuestamente no refleja la realidad del país, entre otros.
Nicaragua está a la espera de un diálogo nacional entre el Gobierno y el sector privado, con la mediación de la iglesia Católica, sin embargo, en las calles la población reclama la renuncia de Ortega como presidente.