TAIPEI.- La pérdida de dos aliados diplomáticos en menos de un mes y los frecuentes envíos de aviones y barcos militares chinos a las cercanías de Taiwán están transformando el latente conflicto en el estrecho de Formosa.
La intensa campaña china para cercar a Taiwán en el escenario internacional (por ejemplo, con presión directa sobre empresas y aerolíneas para que consideren a la isla parte inalienable de China); el bloqueo a la participación taiwanesa en la Organización Mundial de la Salud (OMS); y el acelerado “robo” de aliados diplomáticos, están cambiando las reglas del juego.
Existe además un creciente activismo militar chino tanto en el estrecho de Formosa (al oeste), como en el estrecho de Miyako (al este), y en el canal de Bashi al sur de Taiwán, en un momento en que China muestra sus dientes al mundo con la militarización de sus islotes en el de Marzo de China Meridional.
Al mismo tiempo, Pekín ha lanzado 31 incentivos para atraer a taiwaneses y empresas de nueva creación y busca un mayor acercamiento con la oposición política y el empresariado isleño, sobre todo con las grandes empresas que mantienen fuertes inversiones en China y que también controlan gran parte de los medios en la isla.
“La estrategia china es clara- golpear al gobierno que no cede a sus exigencias políticas y mostrar su buena cara a la gente, al empresariado y a la oposición, para socavar el apoyo a la presidenta Tsai Ing-wen y dividir a Taiwán”, dijo a EFE la directora del Centro de Asia en la Universidad de Tamkang, Joyce Lin. Tsai y el presidente chino, Xi Jinping, mantienen un pulso por la opinión pública de los taiwaneses y también por el apoyo internacional, y China cuenta con masivos recursos económicos, un creciente poderío estratégico y militar, y su iniciativa de las Nuevas Rutas de la Seda, que le otorga un arma para lograr apoyo en países en desarrollo.
¿Podrá la presidenta taiwanesa resistir la presión de Pekín o se verá obligada a ceder y declarar que Taiwán es parte de China? En primer lugar, Tsai considera que China se ha pasado de la raya por lo que parece dispuesta a plantar batalla en el plano internacional, lo que podría llevarla a un mayor acercamiento a Estados Unidos y otros países de valores afines.
“Las acciones atroces de China tendentes a denigrar nuestra soberanía están probando nuestra línea de fondo”, “no vamos a tolerar más esta situación.
Esto sólo sirve para reforzar nuestra determinación de ser parte del mundo”, dijo Tsai el jueves, tras la pérdida de Burkina Faso como aliado diplomático, lo que atribuyó a maquinaciones chinas. Según los expertos, entre los potenciales aliados de Taiwán figuran EEUU y todos los países que se sienten incómodos con el rápido ascenso de China, quienes ven que lo que Pekín está aplicando a la isla les puede llegar a ellos o las organizaciones a favor de los derechos humanos, entre otros.
En las últimas décadas, Taiwán ha mantenido una política exterior de equilibrio entre China y Estados Unidos, evitando ponerse de parte de Washington en sus conflictos con Pekín, algo que podría cambiar ante la creciente presión. Washington ha prestado un apoyo sin precedente a la isla y, tras la ruptura de lazos de Burkina Faso con Taiwán y el establecimiento de lazos de este país africano con China, ha afirmado que la presión china sobre Taiwán busca “alterar el statu quo” en el estrecho de Formosa.
“China está alterando el ‘statu quo’ en el Estrecho de Taiwán y socavando el marco que ha facilitado la paz, la estabilidad y el desarrollo por décadas”, dijo un portavoz del Departamento de Estado norteamericano en declaraciones a un medio nacional.
Numerosos miembros del Congreso estadounidense enviaron a la OMS cartas de apoyo a Taiwán para que fuese admitido como observador permanente y dos senadores estadounidenses introdujeron una propuesta de ley, el viernes, para apoyar la participación taiwanesa en organizaciones internacionales.
El jueves, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó la Ley de Autorización de Defensa Nacional 2019, en la que se incluyeron provisiones destinadas al fortalecimiento de la capacidad militar de Taiwán.
La presión china sobre Taiwán corre el riesgo de desencadenar críticas internacionales a China, una mayor determinación en Taiwán de alejarse de Pekín y un acercamiento entre Washington y Taipei de consecuencias inciertas.
Aunque para muchos la amenaza militar y el poderío económico de China sólo auguran la rendición de Taiwán, en la isla hay millones de personas, como la cineasta Cielu Wang, que no temen las amenazas de Pekín. “China tiene muchos ricos y mucho que perder para lanzar un ataque a Taiwán, eso de lanzar guerras puede ser posible en países pobres como Corea del Norte, pero no en China”, dijo Wang.