LA HABANA.- EFE- Estados Unidos aseguró que varias de sus agencias de protección investigan en conjunto el tiroteo a la embajada de Cuba en Washington, un proceso “transparente” con registros abiertos al público.
La declaración, firmada por la misión diplomática estadounidense en La Habana, fue emitida minutos después de que el Gobierno cubano acusara a EE.UU. de “negligencia criminal” y le exigiera una vez más “investigar exhaustivamente” el suceso.
En su breve comunicado, la embajada de Estados Unidos aclaró que el Servicio de Seguridad Diplomática del Departamento de Estado “trabaja en estrecha colaboración con los organismos encargados de hacer cumplir la ley para proteger y mantener la seguridad de las misiones extranjeras” en territorio del país norteamericano.
INVESTIGACIÓN CONJUNTA Y TRANSPARENTE
“En cuanto a los eventos en la Embajada de Cuba en Washington D.C. del 30 de abril de 2020, esta es una investigación conjunta del Servicio de Seguridad Diplomática (DSS), el Servicio Secreto de los Estados Unidos (USSS), la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) y el Departamento de Policía Metropolitana del Distrito de Columbia (MPDC)”, precisa el texto.
Según la misión diplomática, el proceso de aplicación de la ley en EE.UU. es “transparente”, se realiza bajo “estricta jurisprudencia” y muchos de los registros y procedimientos judiciales están a “disposición del público”.
Este es el segundo mensaje de la embajada estadounidense sobre el tiroteo, condenado horas después de ocurrido por la jefa de la misión estadounidense, Mara Tekach, en Twitter, donde expresó un “gran alivio que nadie haya resultado herido”.
El pasado 30 de abril un hombre de origen cubano identificado como Alexander Alazo y residente en Texas fue detenido después de presuntamente abrir fuego con un rifle de asalto contra la sede de la Embajada de Cuba en la capital estadounidense, en la que se encontraban diez funcionarios que resultaron ilesos. El ataque sí provocó daños en las instalaciones diplomáticas.
SIN DIÁLOGO
Doce días después del suceso, el Gobierno cubano acusó este martes de “negligencia criminal” al estadounidense porque considera que el ataque pudo ser evitado y pidió que se investiguen los vínculos del presunto atacante con los movimientos anticastristas del estado de Florida.
El Departamento de Estado “guarda un silencio cómplice” y sigue sin condenar públicamente el incidente, insistió en declaraciones a Efe el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez.
El mismo día del ataque, un alto funcionario del Departamento de Estado de EE.UU. aseguró que su Gobierno se tomaba “muy en serio” el tiroteo a la embajada cubana, pero guardó silencio sobre cualquier comunicación con el Ejecutivo de la isla.
“De acuerdo a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, nos tomamos muy en serio nuestra responsabilidad de proteger las instalaciones de la misión contra intrusos, daños y amenazas”, se limitó a decir entonces.
OTRO REVÉS EN UNA RELACIÓN FRÁGIL
Cuba y Estados Unidos viven hoy una de las etapas más tensas en su complicada relación, tras el momento dulce vivido durante el “deshielo” iniciado en diciembre de 2014 y materializado con el restablecimiento de nexos oficiales en 2015, durante los mandatos de los expresidentes Barack Obama y Raúl Castro.
Ambos países reabrieron embajadas en cada una de las capitales, aunque la misión de EE.UU. en Cuba funciona a nivel de encargado de negocios debido a que el Congreso de ese país aún no ha designado embajador. Por el contrario, Cuba sí mantiene un embajador en Washington.
La llegada del presidente Donald Trump a la Casa Blanca detuvo la gradual “normalización” bilateral y provocó un viraje de la política estadounidense hacia la isla, algo que se ha traducido en un endurecimiento del embargo que EE.UU. mantiene sobre Cuba desde 1962 y el aumento en las sanciones. EFE