Santo Domingo- El 16 de agosto de 1863, un grupo de patriotas dominicanos liderados por Santiago Rodríguez asaltaron la ciudad fronteriza de Dajabón y alzaron la bandera dominicana en el Cerro de Capotillo.
El grito de Capotillo fue el detonante de la Guerra de la Restauración. Los dominicanos entraban en combate al grito de «¡Viva la República!».
Esta guerra fue producto de varios factores:
El 18 de marzo de 1861 el presidente Pedro Santana anexó la República Dominicana a España convirtiendo al país dominicano en un provincia española.
La nación se encontraba en banca rota producto de guerras independentistas y quienes llevaban los hatos solo obtenían pérdidas. En medio de la grave crisis económica algunos creyeron que la anexión pondría fin a tantos problemas y que esto impulsaría una nación más próspera, pero no resultó ser así.
Tras ese descontento, inició una ofensiva que implicó el inicio de la guerra liberadora.
En la provincia de Santiago se elevó un frente de donde surgió el comandante Gregorio Luperón.
Tras la fuerte lucha emprendida por parte los ciudadanos dominicanos, el 7 de septiembre de 1863 se formó el denominado grupo restaurador, quienes tenían como objetivo reestructurar y reconstruir el Gobierno.
El presidente Santana se enfrentó en la localidad de Arroyo Bermejo al ejército restaurador pero fue derrotado. De esta manera se vio obligado a regresar a Santo Domingo.
Ya para el 10 de julio de 1865, las tropas dominicanas ingresaron triunfantes a la ciudad capital terminando con ello la guerra de la Restauración de República Dominicana y logrando su emancipación.
La Guerra de la Restauración se efectuó 17 años después de la Guerra de Independencia contra la República de Haití y 42 años después de que los habitantes de la parte oriental se declararan independientes de España.