Santo Domingo:- El director del Instituto Agrario Dominicano (IAD), Danilo del Rosario, expresó su total apoyo a las ejecuciones del Consorcio Azucarero Central (CAC) ante las denuncias de productores agrícolas de que sus equipos destruyeron sus plantaciones de plátano, guineo, yuca, mango y otros rubros.
Del Rosario dijo que el IAD no tiene equipos en la gerencia Sur con sede en Barahona, razón por la que se trata de una declaración “difamadora” la que le atribuye penetrar a los terrenos parceleros para destruir cultivos.
El funcionario aprovechó la ocasión para elogiar la administración de los bienes estatales por parte de los extranjeros en el Ingenio Barahona, “que han cumplido al pie de la letra el contrato firmado para tales fines”.
El tiro no impactó en el blanco
Pedro P. García, presidente una de la Asociación de Productores Agrícolas Bayahonda, dijo que las declaraciones de Del Rosario fueron para responder una pregunta que consideró mal formulada de parte de periodistas de una radioemisora capitaleña.
“Eso significa que el tiro no impactó en el blanco”, dijo.
García dijo que las denuncias de varias organizaciones que acompañan a los agricultores del proyecto El Aguacatico, ubicado en parcelas agrarias ubicadas en Tamayo, entre Galván y Neiba, han referido el apoyo del IAD al CAC en sus acciones que considera “depredadoras” de sus plantaciones.
Sin embargo, precisó, la pregunta que se formuló al director del IAD, Danilo del Rosario, fue enfocada a que sus equipos, y no los del CAC, han penetrado a los predios.
De paños y manteles
Según informó el agrónomo Manuel Pérez (Manuel Lemba), el IAD anda “de paños y manteles” con los ejecutivos del CAC, igual que el director del Consejo Estatal del Azúcar (CEA).
Agregó que a mediados de marzo ambos funcionarios públicos acudieron a una reunión propiciada por el Obispado de Barahona en la parroquia del Batey Cinco, donde se manifestaron solidarios con la empresa de capitalistas guatemaltecos.
Según Pérez, los ejecutivos del CAC no acudieron a esa cita ni a otra que realizaron en la sede central del CEA porque “están excelentemente representados en el gobierno, que les hace el trabajo de relaciones públicas a cambio no se sabe de qué”.
El profesional de la agropecuaria dijo que el IAD no debe alabar una empresa que incumple el contrato de arrendamiento del Ingenio Barahona al dejar de pagar más de 11 años y adeudar más de RD$1,500.
La ruptura del contrato y una cooperativa
De su lado, Enrique González, presidente de la Federación de Pequeños Agricultores y Asociaciones Campesinas del Sur (FEPROASUR), sugirió que “por las violaciones del CAC el contrato de arrendamiento de las tierras estatales debe ser rescindido”.
Dijo, por igual, que en su lugar debe ser establecida para administrar más de 300,000 tareas, las del Ingenio Barahona y las que deberán irrigarse con las aguas de la presa Monte Grande, una empresa cooperativa agroindustrial “que ya tenemos en proceso de constitución”.
La ANPA reprocha
De otro lado, el presidente de la Asociación Nacional de Profesionales Agrícolas (ANPA), Danilo Severino, reprochó que el director del IAD propicie la plantación de caña en terrenos de clase 1ª en un país carente de bienes agropecuarios para la exportación y el consumo local.
Severino dijo, asimismo, que no es función del IAD propiciar el monocultivo de la caña en parcelas de la reforma agraria, “precisamente en la región más pobre de República Dominicana, donde más se requieren bienes alimentarios para satisfacer las carencias que le llevan a la pobreza extrema a una parte importante de esa población”.
Niegan alianza con los agricultores
De su lado, Hero Pérez,coordinador de la Articulación Nacional Campesina(ANC), dijo que es falso que el Consorcio se proponga establecer alianzas público privadas con los campesinos a los que simplemente quiere despojar de sus tierras y monopolizar las aguas del Distrito de Riego Yaque del Sur.
Argumento que solamente en la imaginación de Danilo del Rosario “que, al igual que Cesar Cedeño se comportan como empleados del CAC, se le puede ocurrir la idea de que los agricultores serán aliados de una empresa que le destruye sus plantaciones y otros rubros y que además depreda y contamina la Región Enriquillo.