Veintitrés armas en su habitación de hotel y otras 19 en su casa. Montones de municiones y dispositivos que convirtieron rifles de asalto en armas automáticas que dispararon como metralletas.
¿Cómo pudo Stephen Paddock amasar tal arsenal de armas, para asesinar a tiros a 59 personas desde la ventana de su habitación en el piso 32 de un hotel de Las Vegas? En Estados Unidos, y particularmente en estados como Nevada, es fácil. Y totalmente legal.
Aunque el país es conocido por tener leyes laxas sobre las armas, existen restricciones a las compras de numerosas pistolas. Pero si alguien quiere juntar un arsenal de rifles como el de Paddock, puede hacerlo sin que nadie se entere.
La mayor parte de la venta de armas se realiza a través de vendedores con licencias federales que deben someter a los compradores a una revisión de antecedentes penales. El FBI compara sus nombres con tres bases de datos de criminales.
Esas bases de datos no siempre son perfectas, pues dependen del levantamiento de información, a veces irregular, de los estados. Dylan Roof, el supremacista blanco que mató a nueve negros en una iglesia en Charleston, Carolina del Sur, en junio de 2015, burló los controles y adquirió una pistola pocas semanas antes, a pesar de haber sido condenado por drogas.
Inadvertido
Pero si una persona no tiene una historia criminal -y Paddock evidentemente no generó alarmas- puede comprar cuantas armas desee.
Laura Cutilletta, directora legal en el Centro Legal para Prevenir Violencia de Armas (LCPGV, por sus siglas en inglés), señala que existen algunos controles.
Los vendedores acreditados, que manejan quizás 60% de todas las transacciones, deben reportar las ventas de múltiples armas a la Oficina federal para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego estadounidense (ATF). ‘Múltiple’ se refiere a dos o más armas a un mismo comprador en menos de cinco días laborales.
Aún en ese caso, «no se requiere que las autoridades investiguen», dijo Cutiletta.
California, Nueva York y Nueva Jersey prohíben ventas de más de una pistola en periodos de entre 30 y 90 días.
Fuera de eso, el país es un mercado abierto que exime a vendedores privados de armas usadas de comprobar los antecedentes penales, y permite sin restricciones las compras de armas largas.
En Nevada, donde la holgura frente al sexo y el juego se extiende a las armas, habría sido fácil para Paddock acumular todo su arsenal pasando desapercibido.
«No hay manera en que el ATF o el FBI lo supieran», dijo Cutiletta.
Fácil conversión a metralleta
Pero lo que salió a relucir en la masacre del domingo, cuando Paddock apuntó sus rifles contra una multitud de 22,000 personas en un concierto de música country, fue la rapidez de las ráfagas de tiro.
Según reportes, el adinerado jubilado de 64 años había modificado algunos de sus rifles para que funcionaran como armas automáticas, como metralletas, capaces de disparar cientos de balas por minuto con una sola jalada del gatillo.
Las armas automáticas han estado prohibidas en Estados Unidos por tres décadas.
Pero es fácil convertir en un arma automática una semiautomática, como los rifles de asalto AR-15, AK-47 y sus similares que están abiertamente disponibles en las armerías de Estados Unidos.
Por 40 dólares es posible comprar una pequeña manivela que se ajusta al gatillo. Permite disparar hasta tres o cuatro veces con cada giro, significativamente más rápido que usando un dedo para jalar el gatillo.
Por 99 dólares, se puede adquirir un bump stock, una culata con un mecanismo de resortes, que, al jalar una vez el gatillo, permite al arma seguir disparando usando su propio culatazo.
Con eso puede disparar 600 balas por minuto o más.
Las manivelas y los bump stock son completamente legales, e incluso vienen con certificaciones del ATF de que no constituyen una conversión ilegal de armas. El sheriff de Las Vegas, Joseph Lombardo, confirmó que Paddock usó al menos una culata con resortes.
Fotografías filtradas de la escena del crimen refuerzan reportes de medios, según los cuales el atacante también tenía una importante reserva de municiones. Esa parte del negocio también está poco regulada, y las restricciones solo abarcan a cierto tipo de municiones como balas que pueden perforar estructuras blindadas.