ROMA.- El viceministro de Agricultura de China, Qu Dongyu, se impuso hoy a la primera en las elecciones a la dirección general de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
De los 191 votos emitidos, Qu obtuvo 108 a favor, logrando así la mayoría necesaria para declararse ganador en la ronda inicial por delante de la candidata francesa Catherine Geslain-Lanéelle, su principal rival que contaba con el respaldo de la Unión Europea (UE) y que finalmente recabó un total de 71 apoyos.
En tercer lugar quedó el exministro georgiano Davit Kirvalidze, con apenas 12 votos, según el resultado de la votación, que se realizó de forma secreta bajo el principio de “un país, un voto” durante la Conferencia de la FAO, su máximo órgano de gobierno.
Qu, que iniciará su mandato de cuatro años el próximo agosto, se convierte en el noveno director general de esa organización internacional creada en 1945 con sede en Roma, en reemplazo del brasileño José Graziano da Silva.
Tras ganar las elecciones, el representante chino expresó ante el plenario su agradecimiento a su país “después de estos 40 años de reforma exitosa y política abierta”.
Prometió una agencia comprometida con la agenda de desarrollo sostenible que promueve la ONU, además de “transparente, imparcial y neutral”, frente a las críticas que suscita su modelo de cooperación con otros países en desarrollo.
Como viceministro desde 2015, el representante chino se ha encargado del mecanismo de cooperación Sur-Sur dentro de la FAO y de la cooperación agrícola con Asia, África y Latinoamérica, supervisándola dentro del proyecto de la Nueva Ruta de la Seda.
Qu nació en la provincia meridional de Hunan en 1963, está casado y tiene una hija.
Formado en China y Holanda, antes de viceministro fue vicegobernador de la región autónoma de Ningxia (noroeste) y vicedirector de la Academia de Ciencias Agrícolas de su país, donde trabajó también como investigador de plantas.
Su designación al frente de este organismo demuestra el interés de Pekín de escalar posiciones a nivel internacional mientras invierte en sectores estratégicos de países terceros y se encuentra en plena disputa comercial con Estados Unidos.
Como nuevo director general, Qu se ha propuesto “innovar en los modelos de cooperación”, reforzando las asociaciones con otras organizaciones, con las empresas -ayer en su discurso ante el plenario citó a Bayer y Alibaba- y con la sociedad civil.
También destacó su interés en centrarse en la erradicación del hambre en las regiones pobres, modernizar la agricultura en las zonas tropicales y secas, y promover la digitalización del sector primario.
“Ninguna organización puede actuar sin la vitamina M de ‘money’ (dinero)”, dijo bromeando Qu, que quiere aumentar los recursos de la FAO un 10 % cada año.
Durante la campaña, se reunió con los ministros de Agricultura del G20 en Japón, participó en encuentros regionales y visitó diversos países latinoamericanos, ganándose el apoyo expreso de algunos como Brasil, Argentina y Uruguay.
China es socio del G77, una amplia coalición de países en desarrollo que hoy volvió a expresarle al término de la votación su deseo de seguir “consolidando” su relación.
Como retos importantes para abordar, Qu se ha referido a la “vulnerabilidad” del mercado agrícola, el cambio climático y las enfermedades transfronterizas de plantas y animales.
Mientras, el número de personas que pasan hambre se ha incrementado en los últimos años hasta afectar a 821 millones, según las últimas estadísticas de la ONU, que ha alertado del rápido aumento de otras formas de malnutrición como la obesidad y el sobrepeso, que ya sufren unos 2.000 millones.
La gestión sostenible de los recursos naturales para alimentar a una población en crecimiento es otra de las prioridades de la FAO, presente en 130 países y que cuenta con un presupuesto de 2.600 millones de dólares (2.286 millones de euros) para 2018 y 2019.
EFE