Puerto Príncipe- EFE- La clase política haitiana prosigue con los contactos para tratar de frenar la crisis desatada tras los disturbios por un fallido aumento en los precios de los combustibles como parte de un acuerdo con el FMI, órgano que hoy defendió la eliminación gradual de la subvención a estos productos.
El pasado viernes el Gobierno anunció de manera sorpresiva aumentos de entre 37 y 50 % en los precios de los combustibles, lo que desató violentos disturbios callejeros, en los que hombres con armas de fuego y blancas bloquearon calles, quemaron numeros vehículos, atacaron negocios y saquearon supermercados.
La situación obligó un día después al Gobierno dejar sin efecto la medida, que fue producto de un acuerdo firmado este mismo año por el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El FMI dijo hoy que espera que Haití cree un plan de reforma revisado que incluya una reducción gradual de los subsidios a los combustibles, ya que, a su juicio, estas ayudas benefician de manera desproporcionada a los más adinerados.
Durante una conferencia de prensa en Washington, el portavoz del FMI, Gerry Rice, afirmó, que la eliminación de los subsidios permitiría al Gobierno liberar fondos para financiar proyectos a favor de los más desposeídos.
No obstante, aseguró, que “continuaremos apoyando a Haití y colaboraremos estrechamente con las autoridades a medida que desarrollen una estrategia de reforma revisada”.
Tras las protestas, que dejaron entre 3 y 7 muertos, los sindicatos del transporte paralizaron el servicio el lunes y martes de este semana, afectando aún más la deprimente situación de Haití, el país más pobre de América, cuyo crecimiento en 2017 fue de poco más de 1 % y que, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), llegará a 2,0 % este año.
El país, que aún no supera la situación creada en 2010 por el potente terremoto que dejó más de 300.000 muertos, ha vuelto a su ritmo habitual, aunque la oposición ha convocado nuevas protestas para mañana para reclamar un cambio de Gobierno.
Los ojos del país están puestos ahora en el primer ministro, Jack Guy Lafontant, quien deberá presentarse el próximo sábado ante los diputados que debatirán si mantienen o no el voto de confianza a su Gobierno.
Unos días antes de las violentas manifestaciones del fin de semana, Lafontant había sido convocado por los diputados para analizar el destino de su Gobierno, pero él no acudió a la sesión.
Por su lado, el presidente del país, Jovenel Moise, en el poder desde febrero de 2017, continúa reuniéndose con diferentes sectores en busca de una salida a la situación, según el Palacio Nacional.
El presidente ya dijo el martes que está consultando con todos los sectores para tomar una decisión con el fin de responder a la situación creada tras los recientes disturbios.
Ese mismo día, el mandatario se reunió con empresarios, parte de los cuales han pedido la renuncia de Lafontant, así como con representantes de partidos políticos y del “Core Group”, integrado por embajadores y representantes de organismos extranjeros.
La presión ciudadana, además, llevó al Gobierno a retirar del Parlamento (bicameral) el presupuesto general que envió la semana pasada, como una manera de evitar nuevas protestas, según han coincidido hoy diferentes sectores políticos.
Lafontant anunció el martes que el Gobierno investigará los hechos violentos del fin de semana, que según distintas fuentes dejaron entre tres y siete muertos.
Precisamente hoy, el comisionado del Gobierno de Puerto Príncipe, Clamé Ocnam Daméus, anunció que 64 personas han sido detenidas por los saqueos y destrucción de bienes durante dichas protestas, de acuerdo con el portal Haití Press Network. EFE