Fuerzas de seguridad venezolanas rodearon el lunes el escondite en Caracas de una banda de rebeldes liderada por un piloto de helicóptero que alguna vez fuera un actor de películas de acción y ahora es el hombre más buscado por el gobierno de Nicolás Maduro.
“No quieren dejar que nos entreguen, nos quieren asesinar”, grita el líder rebelde Óscar Pérez, en una serie de videos publicados en Twitter en los que aparece ensangrentado.
Funcionarios venezolanos dijeron en un comunicado que dos policías habían sido asesinados y cinco habían sido heridos. El estatus de los rebeldes no es claro.
Pérez se volvió famoso el año pasado durante las protestas callejeras en contra de Maduro. En junio, Pérez y un pequeño grupo volaron un helicóptero en la capital y lanzaron granadas al edificio del Tribunal Supremo; también dispararon en el Ministerio del Interior en pleno día.
Desde el helicóptero Pérez desplegó un letrero en que convocaba a los venezolanos a rebelarse contra Maduro, mientras los manifestantes le lanzaban vítores desde abajo. Posteriormente, difundió un video en el que él y un hombre enmascarado repitieron su llamado a la rebelión.
Aunque nadie resultó herido en ese ataque, fue un momento vergonzoso para el gobierno; Maduro prometió capturarlo.
Así aumento la fama de uno de los personajes en el conflicto en Venezuela del año pasado: un policía que había protagonizado una película de acción de bajo presupuesto sobre un escuadrón criminal. Ahora parecía representar una versión de la vida real del personaje al que había interpretado.
El lunes, los venezolanos estaban pegados a los eventos en pleno desarrollo por las redes sociales. Por la mañana, Pérez anunció que su ubicación había sido descubierta. Luego comenzó a difundir una serie de videos.
“Estamos negociando con los funcionarios, los fiscales”, dice con calma hacia la cámara en uno de los primeros mensajes, donde se le ve en una habitación oscura. Se puede escuchar a otros rebeldes al fondo que gritan en sus celulares.
En un video posterior, publicado después del mediodía, Pérez gira la cámara para mostrar el exterior, donde funcionarios del gobierno se ve que dialogan con él.
“Nosotros no somos delincuentes”, les dice. “Somos patriotas que estamos luchando por una convicción de vida”.
En los videos, se escucha a Pérez decir en repetidas ocasiones que su grupo se entregará porque en el lugar hay civiles. Él dice que no quieren combate.
Pero en un video posterior, ambos bandos parecen haber abandonado el diálogo y haber comenzado la batalla. Un rebelde con un casco y un chaleco antibalas puede ser visto poniéndose a resguardo detrás de un muro mientras otro sostiene un rifle detrás de un gabinete.
“¡No disparen!”, grita alguien.
Después de aparecer en público durante un mitin contra el gobierno en julio, Pérez prácticamente desapareció. Aunque algunos miembros de las fuerzas de seguridad organizaron rebeliones propias, los altos mandos militares permanecieron leales al gobierno de Maduro. El helicóptero abandonado por Pérez fue encontrado por el gobierno poco después del ataque de junio.
El lunes, un video atribuido a la madre de Pérez fue publicado en Twitter y en la grabación se ve cómo ella pide al gobierno que permita que su hijo se entregue.
Pero el enfrentamiento continuó.
“Granada, lanzagranada”, dijo con la cara ensangrentada mientras se agacha detrás de una estufa con su rifle. “Nos están disparando”.
En uno de los últimos mensajes, Pérez se ve exhausto. Su rostro está cubierto de sangre y está jadeando. Los sonidos de los disparos suenan al fondo.
“No quieren dejar que nos entreguen”, dice.