GINEBRA.- EFE- Organismos y representantes de la ONU, entre ellos la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, condenaron hoy el ataque a un centro de detención en Trípoli, la capital libia, que dejó al menos 40 migrantes muertos y según señalaron podría ser considerado un crimen de guerra.
“Este ataque, según las circunstancias precisas en las que se ha producido, puede constituir un crimen de guerra”, señaló Bachelet en un comunicado, una idea que fue secundada también por el enviado especial de la ONU para Libia, Ghassan Salame.
Por su parte, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), pidieron una investigación “completa e independiente” del ataque.
“Es necesario determinar cómo ha pasado esto y quién fue el responsable”, subrayaron ambos organismos en un comunicado conjunto.
OIM y ACNUR recordaron también que “más de 3.300 migrantes y refugiados están detenidos arbitrariamente en centros de detención de Trípoli en unas condiciones inhumanas”
Además, ambas organizaciones subrayaron que el ataque del martes dejó además “docenas de heridos” y que en el centro de detención de Tajura había 600 migrantes y refugiados, entre ellos mujeres y niños, por lo que se espera que el número de víctimas aumente considerablemente.
El bombardeo, supuestamente perpetrado por las tropas del mariscal opositor Jalifa Hafter, ocurrió durante la noche del martes en el centro de detención de la localidad de Tajura, al sur de Trípoli.
Libia está inmersa en un largo conflicto desde que la OTAN contribuyera en 2011 a que grupos rebeldes triunfaran cuando terminó la dictadura de más de 40 años de Muamar al Gadafi.
Actualmente, luchan por el control del país dos bandos: uno encabezado por el presidente y primer ministro Fayez al Serraj, apoyado por la ONU y la Unión Europea, que controla Trípoli y algunas zonas del oeste, y otro por el mariscal Hafter, que domina el resto del país y casi todos los recursos petroleros. EFE