JERUSALÉN.-EFE- El fervor religioso y las hojas de palma marcaron hoy el ambiente frente al Muro de las Lamentaciones de Jerusalén, el lugar de rezo más sagrado para el judaísmo, donde una multitud de fieles se juntó para la bendición de los sacerdotes que se celebra durante la festividad de Sucot.
Decenas de miles de judíos participaron en esta ceremonia que se produce dos veces al año, en Pésaj (Pascua Judía) y Sucot.
Clérigos con el apellido Cohen -sacerdotes, descendientes varones del bíblico Aron, hermano de Moisés- bendijeron a los congregados junto al principal vestigio del Segundo Templo, en Jerusalén Este ocupado y dentro del perímetro amurallado de la Ciudad Vieja.
La denominada “Bendición de los Cohanim” es el sustituto moderno de los sacrificios en el antiguo templo, y rememora el trabajo de los sacerdotes en el bíblico santuario hace unos dos mil años.
Una gran masa de creyentes recorrió las callejuelas de la parte más antigua de la Ciudad Santa para tomar parte en el evento, informó la Policía israelí, que desde primera hora de la mañana reforzó la presencia policial en el área con miles de agentes.
Las medidas de seguridad especiales continuarán hasta que acabe Sucot, también conocido como Fiesta de los Tabernáculos, que arrancó el pasado domingo con la puesta de sol y dura una semana.
Durante esta festividad, de tono alegre y colorido, se recuerdan los cuarenta años en que los judíos, según la Torá (Pentateuco), pasaron en el desierto tras liberarse de la esclavitud en Egipto.
Para conmemorarlo, Jerusalén y muchas otras ciudades y pueblos de Israel se llenan de modestas cabañas (sucá, en hebreo) levantadas en la vía pública, en jardines o terrazas donde muchas familias viven, comen y rezan.
Con ello rememoran el periplo de sus antecesores por el desierto, donde habitaron en chozas que ahora se emulan con todo tipo de materiales, desde plásticos hasta maderas, y se decoran con hojas de palma y otros adornos tradicionales. EFE