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Como quien no quiere la cosa, los Spurs continúan al acecho de los Warriors. Tras ganar a los Celtics 24 horas antes, salieron airosos del back to back con un merecido triunfo en Phoenix (92-107). Los texanos tiraron de defensa, impidiendo que los Suns marcaran el ritmo de juego. Pau Gasol tuvo una destacada actuación con 18 puntos, 9 rebotes y tres asistencias en algo menos de 24 minutos de juego. Con este triunfo a domicilio San Antonio se sitúa con 14-1, igualando así el mejor inicio a domicilio en la historia de la NBA tras 15 partidos que hasta ahora compartían los Lakers de la temporada 1970-71 y los Warriors del pasado curso, los del 73-9. No está nada mal para ser el año I post Tim Duncan. La capacidad de Gregg Popovich para conseguir que sus equipos mantengan el listón resulta admirable. Los Spurs lucen un 21-5 de récord. No está nada mal.

El partido estuvo precedido por el homenaje y las innumerables muestras de cariño a Craig Sager. El periodista (recordado por sus ya icónicas americanas de colores chillones) había fallecido unas horas antes a los 65 años de edad. Popovich, con quien tantos momentos inolvidables nos regaló, se mostró visiblemente emocionado antes y después del encuentro. Un duelo marcado por la superioridad de los interiores de las espuelas. Junto al de siempre (un Kawhi Leonard que sumó 18 tantos, 10 rebotes, 4 asistencias y un par de robos), Pau, Aldridge, Dedmon (11+9) y David Lee marcaron la diferencia. Los de Arizona convirtieron el doble de triples (10 a 5), pero su debilidad en la pintura les condenó: 34-48 en puntos en la zona y 35-50 en capturas para los visitantes. Tampoco supieron aprovechar el poco cuidado del balón de su rival. Perdieron 6 balones menos (14 por 20), pero sacaron peor tajada: 16 puntos tras pérdida por los 19 de los visitantes.

Especialmente significativo resultó el último cuarto. Se entró en los 12 minutos finales con todo por decidir (71-74). Incluso Barbosa llegó a voltear el marcador (77-76 a 10:08 para la conclusión). Todo hacía indicar que San Antonio tendría que sudar tinta para marcharse de Phoenix con una nueva victoria bajo el brazo. Una vez más, nos equivocamos. Se pusieron serios durante cuatro minutos para firmar un 3-17 de parcial que les propulsó por encima de la barrera psicológica de los 10 tantos (80-93) en el ecuador del acto definitivo. Leonard y Pau pusieron rumbo al banquillo. Duelo resuelto. La segunda unidad se encargó de completar el trabajo hasta el final. Y todo anotando un único lanzamiento desde fuera de la bombilla. El resto de canastas llegaron bajo el aro (ver gráfico adjunto). Jugando al poste, penetrando y doblando el balón cuando el pívot defensor saltaba a la ayuda. Tan fácil de decir como complicado de hacer. Qué quieren que les diga, así son los Spurs.

Lo hemos dicho una y mil veces. Son un martillo pilón. No es un equipo para florituras. Pero siempre encuentra la manera de competir. Una y otra vez. El propio Pau explicó tras el encuentro una de las claves del éxito de su nuevo equipo: «Tenemos una profundidad de plantilla tan amplia que permite que nuestros jugadores no disputen un gran número de minutos. Nuestro esfuerzo se mantiene así constante. Cuando los otros equipos meten una marcha más pueden hacernos parciales, tomando en ocasiones la delantera. Pero les resulta muy difícil sostener ese nivel durante 48 minutos«. Dicho queda.