Los efectos de la pandemia por el COVID-19 en las personas han sido múltiples y no sólo por su padecimiento. Por un lado, el confinamiento ha afectado a grupos poblaciones específicos más que a otros, como es el caso de los adultos mayores y a sus familiares.
El sedentarismo, cambios en los hábitos de alimentación, aislamiento, depresión y falta de motivaciones está afectando su estado de salud. Por otro lado, las personas afectadas con la infección en todas sus manifestaciones, con sus tratamientos sintomáticos, aislamiento, escasa o nula actividad afecta el tiempo y la manera de superar la enfermedad para poder llegar al estado previo a padecerla.
Un elemento común en ambas situaciones es la afectación del estado nutricional y el deterioro de la capacidad funcional. En el primer caso, hay que prevenir el deterioro nutricional y en el otro, hay que recuperarlo.
El papel de los músculos en el estado nutricional
La investigación ha demostrado que, en adultos mayores sanos, solo con 10 días de inactividad pueden conducir a una pérdida del 10% del volumen de la masa muscular medido en la pierna[1]. Hoy podemos ver como nuestros familiares adultos mayores confinados en sus viviendas van perdiendo funcionalidad e independencia asociado al desgaste de los músculos.
Si a esto le sumamos una enfermedad como el COVID-19, esta pérdida de masa y función muscular se puede acelerar mucho más y es por esto que una de las metas hoy en el tratamiento de las enfermedades agudas en el adulto mayor es no permitir ese deterioro nutricional, específicamente de los músculos, y como resultado tratar de preservar el estado funcional mediante una intervención nutricional adecuada.
En este sentido, la Dra. Yumaira Chacón, Gerente Médico para Abbott en República Dominicana, explica que “la pérdida significativa de masa muscular en el adulto mayor sano y/o enfermo, tiene una consecuencia grave en el estado de salud del individuo. Si bien no siempre es evidente de inmediato, esta disminución puede ser un obstáculo para recuperar y permanecer saludable”.
De hecho, una de las consecuencias prevenibles de padecer una enfermedad es la pérdida de masa y fuerza del músculo que influye negativamente provocando discapacidades físicas, pérdida de la independencia y una mala calidad de vida. Sin embargo, la combinación correcta de actividad física y una nutrición saludable puede ayudar a mantener y a recuperar la masa muscular.
Hoy conocemos cada vez más el importante papel que cumplen los músculos en el organismo. Son la reserva más importante de proteínas del cuerpo, tienen una función estructural, de movilidad, fuerza, equilibrio y tienen propiedades endocrinas y de control del equilibrio corporal.
Priorizar la nutrición para recuperar la salud
Junto con una actividad física adecuada, una buena nutrición proporciona los nutrientes necesarios para apoyar la salud inmunológica y ayudar a prevenir o revertir la pérdida muscular. Los nutrientes que apoyan el sistema inmune incluyen proteínas, zinc y vitaminas A, C, D y E. Las proteínas también son clave para reconstruir el músculo que respalda su fuerza, energía y salud en general.
En esto momento es muy fácil que se pierdan los buenos hábitos de alimentación y de actividad física. Se deben tener en cuenta las necesidades nutricionales diarias y la actividad física sin bajar la guardia, porque casi siempre cuando ya hay manifestaciones visibles, es que se ha llegado a un deterioro significativo. Pero aun así, se puede emprender todas las acciones posibles para ayudar a una recuperación adecuada.
El compromiso nutricional en la infección por COVID-19 es debido a múltiples causas. La pérdida del gusto y del apetito se puede presentar, además la fiebre y la necesidad de activar todas las defensas hacen que se comprometa el estado nutricional de las personas. Esto, además puede hacer difícil que se obtengan los nutrientes que necesita para apoyar una adecuada recuperación.
Este desbalance debido a una baja ingesta y unas necesidades aumentadas podrían estar indicando el uso de un producto nutricional especializado. Debe consultar a su médico y/ nutricionista.
Para promover la salud muscular, el consumo adecuado de proteína y el ejercicio están indicado. La proteína debe ser de una buena calidad y se han identificado algunos de sus componentes que tienen acciones directas en la masa muscular apoyando su síntesis y previendo su degradación.
El HMB (hidroxi metil butirato), que es un derivado de un aminoácido llamado leucina, se ha asociado con el estímulo de la síntesis de proteína muscular y disminución de su degradación. El mantenimiento de una buena más muscular tiene múltiples beneficios para la persona como una buena mecánica respiratoria, nos permiten movilizarnos y ser independientes y tenemos una reserva de proteínas por si se necesitan.
Si bien el HMB se produce naturalmente en alimentos como el aguacate y la toronja, es difícil obtener los niveles suficientes de HMB para que se puedan tener los beneficios solo de las fuentes por los alimentos.[3] Por lo tanto, puede ser beneficioso buscar un suplemento nutricional con todos los nutrientes necesarios y que incluya HMB.
En estos momentos es muy importante cuidarnos y la nutrición es uno de los factores más importantes a tener en cuenta. Hay que consumir las cantidades adecuadas de proteínas, una dieta variada y suficiente como una meta esencial del cuidado personal. Mantenerse bien hidratado, haciendo actividad física y consultando al profesional de la salud cuando necesite de mayor información a este respecto.