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LOS ANGELES. Cuando los Astros adquirieron a Justin Verlander de los Tigres por tres de sus mejores prospectos el 31 de agosto, tenían en mente justamente la idea de que el derecho podía ser crucial en el momento más importante del año.

Ese momento ha llegado, ya que Verlander tratará de ayudar a los Astros a coronarse campeones como abridor del Juego 6 de la Serie Mundial contra los Dodgers en Los Ángeles el martes, con los Astros arriba 3-2 en el Clásico de Otoño.

“De estos juegos se trata todo”, dijo Verlander acerca de la responsabilidad de lanzar en el mayor escenario del mundo beisbolero. “Estos son los momentos del que uno quiere ser parte como pelotero. Es lo más que uno podría pedir”.

Lo mismo pueden decir los Astros sobre lo hecho por Verlander desde que el derecho llegó a las filas de Houston. El veterano no ha perdido vistiendo el uniforme de los “siderales”, con 5-0 y efectividad de 1.06 en cinco aperturas durante la recta final de la campaña regular y 4-0 con 2.05 en la postemporada. En su primera salida de esta Serie Mundial, el miércoles pasado en el Juego 2, Verlander salió sin decisión al permitir tres carreras (incluyendo dos jonrones) en 6.0 entradas en el Dodger Stadium.

En lo que será su última apertura del año el martes, Verlander espera tener la misma entrega, y cuidado si más, que ha exhibido durante esta postemporada.

“Creo que el nivel de enfoque y la intensidad sí suben”, afirmó Verlander acerca de su mentalidad en juegos de postemporada, en los que lleva 11-5 y 3.07 de por vida en 21 presentaciones. “Cuando empieza la postemporada, estás viviendo y muriendo con cada pitcheo y tu equipo está viviendo y muriendo con cada lanzamiento. Lo cambia todo”.

En el Juego 2, Verlander permitió cuadrangulares de Corey Seager y Joc Pederson, saliendo sin decisión en un partido que ganarían los Astros en entradas extras. Ahora, para esta “segunda ronda” vs. Los Ángeles, Verlander pretende hacer algunos ajustes para evitar esa clase de daño.

“De una manera u otra, los lanzadores hacen ajustes con los bateadores y los bateadores hacen los ajustes con los pitchers”, explicó el diestro de 34 años de edad. “Esos muchachos tienen sus swings. Tienen sus fuertes y yo tengo mis fuertes.

“Creo que nos conocemos bastante bien a esta altura”.