San Juan – Puerto Rico apreció con claridad los daños y la devastación que dejó el miércoles a su paso por la isla el huracán María, el segundo que azota el país en medio mes y que, según informes no oficiales, ocasionó al menos siete muertes.
Los puertorriqueños se levantaron aturdidos ante la devastación total provocada por María, que pudieron apreciar hoy tras la emergencia, sin visos de que vayan a poder recobrar la normalidad en semanas.
Las calles permanecen intransitables por las decenas de postes de la electricidad caídos, que dejaron a toda la población puertorriqueña sin luz, así como por cientos de árboles arrancados por vientos sostenidos de 250 kilómetros por hora del ciclón, lo que dificulta las comunicaciones entre los puertorriqueños.
Además, siguen registrándose fallas en el 80 % de las telecomunicaciones, lo que mantiene la angustia de miles de puertorriqueños de dentro y fuera de la isla que no han podido verificar el estado de sus familiares.
La emisora Radio Isla 1320 dio cuenta de seis víctimas mortales, entre ellas tres hermanas que murieron en el municipio de Utuado, en el centro-oeste de la isla, y otras tres personas que fallecieron en las poblaciones de Canóvanas, Bayamón y Jayuya.
Asimismo, la Guardia Costera de E.EUU. localizó una embarcación accidentada que venía buscando desde hacía horas cerca de la isla-municipio oriental puertorriqueño de Vieques, donde murió un hombre y se logró rescatar a una mujer y dos menores.
El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, ya había informado en la noche del miércoles que un hombre de la localidad de Bayamón murió debido a un fuerte golpe que sufrió durante el huracán al ser alcanzado por un panel de madera que protegía una casa y que salió volando.
También, al menos 100 personas han sido rescatadas del municipio norteño de Toa Baja debido a la gran inundación que dejó el huracán.
A petición del gobernador Rosselló, el presidente Donald Trump declaró hoy “zona de desastre” a 54 de los 78 municipios de la isla.
El aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín, de San Juan, sufrió daños en dos de sus tres terminales, aunque se espera que próximamente se reanuden los vuelos comerciales.
Asimismo, se informó además que este viernes llegará desde el estado de Florida un contenedor con 25.000 libras de comida, medicamentos y materiales de carpintería, entre otros, informó el diario El Nuevo Día.
La precariedad afecta también al Gobierno de la isla ya que, según el director de la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (AEMEAD), Abner Gómez, estará trabajando a medias en las próximas 72 horas.
Por ese motivo, el Gobierno se ha fijado como prioridad restablecer el servicio de agua potable y las telecomunicaciones, un problema que, según Gómez, afecta incluso a miembros del ejecutivo que no se han podido contactar con sus familiares.
El gobernador Rosselló sostuvo que no se había podido comunicar con su padre, el exgobernador Pedro Rosselló.
De igual forma, varios alcaldes no han podido establecer comunicación con el Gobierno central.
De momento, y hasta el sábado, sigue rigiendo el toque de queda entre las 6 de la tarde y las 6 de la mañana para evitar actos de pillaje, así como la llamada “ley seca”, la prohibición de vender bebidas alcohólicas.
Aprovechando la falta de electricidad y la existencia de comercios destruidos, diversas personas saquearon varios negocios en la noche del miércoles y la Policía detuvo a al menos once de ellas, incluidos dos menores y tres mujeres.
Entretanto, ya han vuelto a sus casas la mayor parte de las más de 10.000 personas que se refugiaron en los diversos centros que estableció el Gobierno ante el peligro que suponía para ellas pasar el huracán en sus residencias, ubicadas en zonas inundables o con estructuras que no resistirían los fuertes vientos.
No obstante, las autoridades han pedido a los vecinos que permanezcan en sus casas y han recalcado que la prioridad ahora es atender a las personas en situación vulnerable.
María fue el segundo ciclón que causa estragos sobre Puerto Rico en las pasadas dos semanas, después del paso del otro poderoso huracán Irma, que dejó sin electricidad al 70 % de la población.