Fernando Alonso se enfrenta a numerosos retos este próximo fin de semana en su debut en las 24 Horas de Daytona, en lo que será su primera carrera de resistencia con un coche de la clase de prototipos, entre otras «primeras veces» que pondrán a prueba al dos veces campeón de la Fórmula Uno.
Al piloto español no le bastará su maestría al volante para obtener un buen resultado en el mítico trazado estadounidense de Daytona Beach(Florida), en el que correrá el próximo fin de semana y donde deberá lidiar con factores a los que no está acostumbrado.
Uno de los principales obstáculos con los que se encontrará es el tráfico en pista, que compartirá con una cincuentena de coches más que convertirán los doblajes en todo un arte.
«Lo más complicado es aprender a lidiar con el tráfico. No solo hay el tráfico de los prototipos, sino de las otras categorías. Ahí es donde está mucha parte de la velocidad de la carrera», dijo su excompañero en la Fórmula Uno y rival de Alonso en Daytona, Juan Pablo Montoya.
Y es que en las 24 Horas de Daytona comparten pista tres categorías distintas: la de prototipos, en la que corren Alonso, Montoya o Dani Juncadella; la Clase GT Le Mans, donde competirá Antonio García, y la Clase GT Daytona, que verá en su tabla al equipo de Miguel Molina y los mexicanos Martín Fuentes, Ricardo Pérez de Lara y Santiago Creel,entre otros.
Otro factor que el asturiano deberá tener en mente es la temperatura de los neumáticos, ya que, a diferencia de la Fórmula Uno, en las 24 Horas de Daytona no hay calentadores para las ruedas.
«En estas carreras sales con las ruedas frías, hecho que durante la noche de Daytona, que normalmente acostumbra a ser bastante fría, complica mucho la vuelta de salida después de boxes», dijo Antonio García, único español en haber ganado las 24 Horas de Daytona.
García, quien comentó con el asturiano «posibles errores que había hecho en el pasado», dijo que el excampeón de la Fórmula Uno no «sabrá realmente lo difícil que es» hasta que salga a pista en esas condiciones.
Tendrá que tener en cuenta además la importancia de la estrategia y los tiempos en los que sacar el máximo provecho del potencial del coche.
A diferencia de Le Mans, donde la velocidad y el ritmo por vuelta son los elementos más diferenciales, en Daytona habitualmente se llega al final de carrera con más de cinco coches en la vuelta de líder.
«Daytona es una carrera muy abierta. El concepto de carrera es muy a la americana, donde hay muchas improvisaciones y la estrategia es muy importante. Eso abre el abanico de posibles ganadores», detalló García.
La participación del ovetense en las 500 Millas de Indianápolis en 2017 fue un primer contacto en una prueba mítica lejos de los trazados de la Fórmula Uno, una carrera en la que Alonso hizo una gran actuación a pesar de verse obligado a abandonar por un problema en el motor.
No obstante, el trazado del Daytona International Speedway tiene un mayor ángulo de inclinación que el de Indianápolis, en un circuito formado por un óvalo, donde se busca la máxima velocidad, y un «infield», una zona donde la pista es más estrecha y revirada.
Encontrar la mejor configuración del coche que combine estas dos partes del circuito es uno de los desafíos de los equipos, así como encontrar el reglaje adecuado para los tres o cuatro integrantes del equipo que comparten bólido durante 24 horas.
Alonso lo hará con dos jóvenes pilotos de 18 años, Lando Norris y Phil Hanson, con quienes se debe compenetrar a la perfección para agilizar los cambios de piloto.
Por otra parte, la conducción nocturna era uno de los elementos que preocupaban a Alonso, un factor que tras los entrenamientos previos a las24 horas de Daytona, el asturiano dijo tener «controlado».
En este sentido, recordó que en Fórmula Uno también hay carreras nocturnas, como lo son las de Baréin, Singapur y Abu Dhabi.
Además, Alonso deberá aclimatarse a su Ligier JS P217, un tipo de monoplaza LMP2 con el que no había pilotado nunca, y que a diferencia del bólido con el que compitió en las 500 Millas de Indianápolis, es cerrado.
En octubre, el piloto asturiano dijo que era oportunidad «para probar un prototipo y saber cómo es la conducción en un coche cerrado», así como para mejorar como piloto.