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BOSTON — Durante 45 minutos, Manny Machado afrontó una rueda de prensa que se asemejó más a una indagación judicial.

El torpedero de los Dodgers debutará el martes en una Serie Mundial y le tocará hacerlo jugar en un lugar donde se le recuerda con rencor. Lo que faltaba para el jugador que se ha convertido en el mayor villano de estos playoffs.

Resulta que en abril de 2007, cuando Machado jugaba para los Orioles de Baltimore, se deslizó en la segunda base en una jugada de rutina en la que trató de evitar un doble play. Acabó plantándole su spike en la rodilla a Dustin Pedroia, el idolatrado intermedista de los Medias Rojas. Pedroia nunca se ha recuperado plenamente.

En juegos posteriores, los lanzadores de Boston empezaron a tirar ceñido al cuerpo del dominicano. Se tomó desquite con un jonrón en Fenway, procediendo a recorrer las bases a cámara lenta, en casi medio minuto. Los Medias Rojas se indignaron más, reiterándole los tiros al cuerpo, incluyendo uno de Chris Sale.

Hastiado, Machado se soltó después frente a la prensa al emplear 22 obscenidades para describir a Boston como un equipo «cobarde».

«Eso pertenece al pasado», insistió Machado el lunes.

En su cuarto mes como jugador de Los Ángeles, Machado fue el más requerido en el día previo a la Serie Mundial. Será agente libre dentro de un par de semanas, a la edad de 26 años. Le espera un contrato que podría llegar a 300 millones de dólares.

Pero con otros deslizamientos bruscos en la intermedia ante Milwaukee en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional y tras plantar un pie en el talón del primera base de los Cerveceros Jesús Aguilar, Machado ha empeorado su reputación. Christian Yelich, el astro de Milwaukee, le tildó de «jugador sucio».

Todo ello se sumó a la percepción de que no corre al máximo al verse dominado. Entrevistado previo al cuarto juego de la serie contra los Cerveceros, Machado reconoció que no es jugador que «sale corriendo con todo y se tira de cabeza en primera base».

«Eso no me enloquece. No soy esa clase de jugador», dijo.

Su respuesta a los abucheos cuando la serie regresó a Milwaukee fue tremenda: ejecutó un toque en cuenta de 3-2 ante Jhoulys Chacín al abrir el segundo inning del séptimo juego y se embasó sin que nadie hiciera el tiro. Cronometró 3,96 segundos, el registro más rápido del plato a primera este año. Fue el primer sencillo con un toque en cuenta completa desde uno de Nori Aoki con Kansas City el 29 de mayo de 2014. Cody Bellinger procedió a conectar un jonrón de dos carreras que les dio a los Dodgers la ventaja definitiva.

«No hay nada con lo que pueda compararlo. Esto es lo mejor que hay y se siente mucho mejor por haber reído al último», dijo durante el festejo.

Más abucheos le esperan en Boston.

El lunes, Pedroia y Machado fueron cuidadosos en no remecer el avispero.

«Sé cómo me lesioné la rodilla y lo que pasó. Nada más. Todos lo saben», dijo Pedroia.

Machado respondió con su mantra: hace lo que tiene que hacer para ganar.

«No somos amigos», añadió sobre Pedroia.

Un reportero le preguntó si eso era por lo ocurrido el año pasado.

«Es una buena pregunta, muy buena», respondió.

Machado fue adquirido de Baltimore a mediados de julio para reemplazar al lesionado torpedero Corey Seager. Bateó para .297 con 37 jonrones y .905 de OPS en la campaña, los mejores números de su carrera. Lleva tres jonrones con nueve impulsadas en 11 juegos de postemporada.

Para sus compañeros, Machado es el pelotero completo.

«Nos estabilizó en la alineación y en la defensa cuando perdimos a Corey», comentó el utility Enrique Hernández. «Hay veces que quedas diciendo que no es justo la manera cómo juega defensa, lo fácil que lo hace. ‘¿Cómo haces esa jugada así? ¡No seas tan descarado!».

Machado tiene claro su objetivo en lo que podrían ser sus últimos juegos con el uniforme de los Dodgers.

«Yo vine para ganar una Serie Mundial. Yo vine para que se haga un desfile en la ciudad de Los Ángeles», afirmó.

¿Y se irá? Eso se sabrá más adelante.