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Un día después de haber hecho la que probablemente fue su mejor jugada defensiva de la temporada, el dominicano Miguel Ángel Sanó llegó muy temprano a Target Field para trabajar en su ofensiva.

Sanó fue el primer bateador de los Mellizos en la caja de bateo antes del encuentro del miércoles contra los Indios, que terminó siendo suspendido por lluvia.

Empezó a batear pelotas colocadas sobre una base fija, mientras el coach de bateo James Rowson lo observaba desde muy cerca detrás del home. Sanó dio a pelota tras pelota hacia el canal entre el jardín central y el derecho antes de empezar a mandarlas sobre la pared entre el bosque central e izquierdo.

Fue un ejemplo más de la ética de trabajo que ha mostrado Sanó a lo largo de los buenos y los malos momentos de esta temporada.

La joya defensiva de Sanó en la tercera base la noche del martes, subrayada por un tiró de 149 pies que cruzó el diamante de un extremo al otro, sólo fue posible porque es la misma jugada que el quisqueyano ha practicado a diario antes de los juegos. “Se lo dije, estoy trabajando muy duro todos los días”, expresó Sanó. “Quiero hacer algo diferente y con eso puedo ayudar al equipo a ganar”.

Sanó ha mantenido una ofensiva más que sólida a lo largo del año, aunque en estos momentos está atravesando un pequeño bache. Encabeza el equipo con 26 jonrones, pero este mes sólo ha dado dos en 48 turnos.

“Yo trabajo todos los días, pero hoy (el miércoles) salí al terreno a batear sobre bases fijas para batear”, dijo Sanó. “Le di a un par de bolas. Estoy tratando de volver a batear algunas bombas y hacer mi trabajo. Y estar listo para jugar”.

Sanó, quien ha sido golpeado un par de veces en la mano desde la pausa del Juego de Estrellas, afirmó que es más fácil mantener sus manos pegadas al cuerpo cuando está bateando sobre bases fijas.

La velocidad promedio de salida de los batazos de Sanó (92.7 mph) es la cuarta mejor en las Grandes Ligas.

Sin embargo, esa cifra ha venido descendiendo con el paso de la temporada, tras el tercera base mantener una ventaja abismal sobre el resto de los competidores en los primeros dos meses de la campaña. En agosto, la velocidad promedio de sus batazos es de apenas 86.9 mph. “De mi familia me llamaron a decirme, ‘Wow, esa fue tremenda jugada” dijo Sanó.