Los tres aspirantes a dirigir la diplomacia estadounidense en esos países latinoamericanos defendieron sus conocimientos sobre la región y se expusieron a las preguntas de los senadores respecto a las distintas problemáticas de esas naciones y los intereses estadounidenses al respecto.
Joseph E. Macmanus, nominado por Trump para ser el próximo embajador de EE.UU. en Colombia, aseguró ante los legisladores que la situación actual de Venezuela “es el principal problema ahora mismo”.
A juicio de Macmanus, diplomático de carrera, la crisis que azota al país caribeño es la principal diatriba para el Gobierno colombiano, que tiene que enfrentarse al éxodo de ciudadanos venezolanos que huyen de su país hacia Colombia en busca de cubrir “necesidades básicas” como el acceso a la sanidad.
Asimismo, Macmanus también fue interrogado por el aumento de los cultivos ilícitos de coca en territorio colombiano, una de las principales preocupaciones del Gobierno de Trump, pero indicó que el compromiso adquirido por Colombia al respecto es prometedor para poder lograr el objetivo de reducción de plantaciones en un 50 % en los próximos 5 años.
Por otra parte, el futuro embajador señaló que en el marco del posconflicto y del proceso de paz colombiano, será fundamental fortalecer “la presencia del Estado, su participación y la presencia de las instituciones” en lugares donde antes, por la incidencia del conflicto, las autoridades no podían ser efectivas.
El juez federal Edward Charles Prado, quien cuenta con décadas de experiencia en el terreno judicial pero ninguna experiencia diplomática, será el encargado de representar los intereses estadounidenses en Argentina.
No obstante, Prado defendió que su larga carrera en la justicia le ha permitido prepararse para su nuevo cargo, así como las numerosas visitas y relaciones que ha mantenido a lo largo de los años con el país suramericano.
Consciente de que el sistema judicial argentino cuenta con fisuras respecto a su independencia del Ejecutivo, Prado subrayó su posible aportación a este asunto.
“Sé lo importante que es la defensa de la ley y la importancia de una rama judicial fuerte e independiente para un país si se trata de una democracia sólida”, apuntó.
“Mi intención es continuar trabajando con los abogados y jueces de Argentina en la mejora del sistema judicial y el fortalecimiento de la confianza que la gente tiene en el sistema judicial” argentino, añadió.
Robin Bernstein, quien será la futura embajadora de EE.UU. en República Dominicana, también fue objeto del escrutinio de los senadores.
Bernstein, sin embargo, carece de experiencia en el ámbito político y su carrera se ha centrado en el mundo de los negocios en el estado de Florida, donde entre otras inversiones, fue una de las cofundadoras de Mar-a-Lago, el complejo recreativo y hotelero del presidente de EE.UU., Donald Trump.
Los tres futuros embajadores deberán ser confirmados por el pleno de la Cámara Alta para tomar posesión de sus cargos.