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Comer una dieta saludable y hacer ejercicio durante el embarazo no solo es bueno para el bebé en desarrollo.

Un nuevo análisis de 36 estudios que incluyeron a un total de más de 12,500 mujeres sugiere que esas conductas también pueden reducir las probabilidades de la futura madre de someterse a una cesárea o desarrollar diabetes durante el embarazo.

En general, unos hábitos saludables redujeron el riesgo de necesitar una cesárea en más o menos un 10 por ciento, señaló la autora del estudio, Shakila Thangaratinam, profesora de salud materna y perinatal en la Universidad de la Reina María, en Londres.

Un estilo de vida saludable también redujo el riesgo de una mujer de desarrollar diabetes durante el embarazo, que se conoce como diabetes gestacional, en un 24 por ciento, mostraron los hallazgos.

No resultó sorprendente que los hábitos saludables también controlaran la posibilidad de aumento excesivo de peso durante el embarazo.

«Según todas las evidencias hasta la fecha, lo que encontramos fue que una dieta saludable y una actividad física moderada en el embarazo sí reducen el riesgo de un aumento de peso [excesivo], y ese beneficio en realidad es asequible para cualquier mujer embarazada, sin importar el peso corporal que tenga [de antes del embarazo]», dijo Thangaratinam.

Pero es difícil definir exactamente qué debe ser una dieta saludable o qué ejercicio moderado sería mejor durante el embarazo, anotó, dado que cada estudio examinó la dieta y el ejercicio de una forma un poco distinta.

En general, las dietas animaban a comer más fibra, más pescado y aceite de oliva, y a no tomar bebidas azucaradas. Los estudios observaron a las mujeres embarazadas que usaron bicicletas estacionarias, nadaron, bailaron y realizaron ejercicios de tonificación, añadió.

Thangaratinam recomienda 150 minutos de actividad moderada por semana, con ejercicio aeróbico y dos sesiones de fortalecimiento muscular.

Una dieta saludable y el ejercicio regular no se vincularon con resultados como los casos de mortinatos o tener un bebé con un peso insuficiente o excesivo, o con que un bebé necesitara la unidad de cuidados intensivos neonatales, encontró el equipo de la investigación.

Ese hecho debería resultar tranquilizador, dijo Thangaratinam, ya que muchas mujeres le tienen miedo al ejercicio durante el embarazo, porque creen que le hace daño al bebé.

Los hallazgos son valiosos, aseguró Margie Davenport, profesora asistente de educación física y recreación en la Universidad de Alberta, en Canadá, que ha realizado investigación en esta área. Más de la mitad de las mujeres aumentan más o menos del peso recomendado, dijo, y eso aumenta el riesgo de cesáreas, diabetes gestacional y otros problemas.

El estudio refuerza tanto la seguridad como los beneficios de tener un estilo de vida saludable y activo durante el embarazo, aseguró Davenport.

«Ahora, apenas un 15 por ciento de las mujeres son activas durante el embarazo debido a, al menos en parte, un temor de que seguir haciendo ejercicio podría ser dañino», explicó Davenport.

Aunque los resultados del estudio ofrecen una reconfirmación sobre la seguridad del ejercicio, «todas las mujeres deben hablar con un profesional de la atención de la salud antes de iniciar o continuar con el ejercicio durante el embarazo», aconsejó.

Una experta anotó una limitación del estudio.

Un 80 por ciento de las mujeres incluidas en el análisis eran blancas, y más de la mitad eran de una clase social más alta, comentó Marlene Goldman, profesora emérita de obstetricia y ginecología en el Centro Médico Dartmouth-Hitchcock en Hanover, New Hampshire.

«Estudios como este en realidad no confirman nada», dijo Goldman. «Yo diría que sugiere un efecto bastante pequeño».

Pero añadió que los hallazgos sí ofrecen cierta reconfirmación de que una dieta saludable y el ejercicio podrían en realidad otorgar ciertos beneficios, al menos en las mujeres estudiadas.

En un editorial que acompañó al estudio en la revista, Marian Knight, profesora de salud materna e infantil de la Universidad de Oxford, y un colaborador anotaron que la obesidad materna y el aumento excesivo de peso en el embarazo se vinculan con complicaciones tanto para la madre como para el bebé. La duda que queda, según los editorialistas, es investigar qué tipo de actividad física es la mejor durante el embarazo.