Princesa Margaret. Capitán Peter Townsend. Ambos nombres, juntos y combinados, fueron impronunciables en voz alta en el Palacio de Buckingham durante muchos años. Representaba una etapa vergonzante que nadie quería recordar. Protagonistas de un amor prohibido que puso en jaque la relación entre miembros de la realeza y el pueblo inglés.
Ella, hermana de la reina Isabel. Él, además de capitán de la Royal Air Force, fue caballerizo del rey Jorge VI. Conocía todos los secretos de la familia, incluidos los de las hijas del monarca británico. Lo sirvió fielmente durante ocho años, entre 1944 y 1952, año en que murió tras una larga enfermedad y dejarle el trono a su hija.
Pero mientras era leal servidor de su jefe, por detrás era protagonista de uno de los más escandalosos romances que tocó la fibra más íntima de la Familia Real. Y detalles de esas épocas salieron a la luz recientemente en el libro Ma’am Darling: 99 Glimpses Of Princess Margaret de Colin Brown.
En el se revela algo que se mantuvo oculto durante 70 años: que el romance entre Margaret y Townsend habría comenzado mucho antes de lo pensado. Mucho antes de que estallara y saliera a la luz pública. De acuerdo al autor, ambos se comenzaron a frecuentar hacia octubre de 1947, cuando la princesa tenía apenas 17 años. Es decir, era menor de edad.
Townsend acompañó a Margaret a un viaje en el Edinburh Castle a Belfast, Irlanda del Norte. Era el viaje inaugural y una responsabilidad pública para la princesa. Por entonces, Margaret de 17 años, estaba feliz por la misión. A su lado el capitán, de 32 años, debía guiarla y acompañarla como hombre de confianza del rey. Estaba casado con Rosemary Pawle, con quien tenía dos hijos.
Pero un detalle no escapó a los ojos de Brown mientras realizaba la nueva biografía de la hermana de la reina Isabel. Durante el viaje, el libro de registro mostró un extraño pedido que Townsend realizó a los organizadores del periplo. Pidió que su habitación fuera trasladada del lugar que le había sido asignado a la puerta contigua a la de Margaret durante su estadía en el Castillo Hillsborough, en Belfast. ¿Para qué quería el capitán de la Royal Air Force estar tan cerca de la princesa?
De acuerdo a los medios ingleses que reprodujeron parte de la biografía, éste no había sido el único viaje prolongado que ambos habían compartido durante 1947. Antes,a comienzo de años, había acompañado a toda la Familia Real en un viaje a Sudáfrica que duró tres meses. La misión de Townsend era cuidar de la jovencita que por entonces tenía 16 años. Pasaron mucho tiempo solos: salían a dar paseos a caballo y charlaban todo el día. El capitán cumplía su orden: no dejaba a sol ni sombra a la hija del rey.
Fue en ese momento cuando ella se enamoró perdidamente de él. Lo confesaría años más tarde. «Cabalgábamos juntos todas las mañanas en ese país hermoso, con ese maravilloso clima. Ahí fue cuando realmente me enamoré de él». Pero el registro de las habitaciones vecinas llegó meses después, lo que despertó las sospechas que el vínculo carnal entre ambos comenzó cuando Margaret era aún menor de edad. Sin embargo, Brown no asegura que hayan mantenido relaciones sexuales y lo deja al criterio de cada lector.
El romance y noviazgo entre ambos fue ampliamente discutido en la prensa inglesa durante los años en que Isabel ya estaba al mando de la Corona. Sin embargo, no pudieron casarse. Si bien Townsend se había divorciado de su esposa, la Iglesia de Inglaterra -de la que la Reina es la cabeza- le prohibía a los divorciados contraer nupcias nuevamente si su antigua pareja aún estaba viva. Impedido de poder concretar su amor en el altar, el capitán realizó un viaje por trabajo a Bruselas, del que no volvería.