México – Padecer diabetes gestacional o algún trastorno hipertensivo durante el embarazo puede llevar a que la mujer sufra cambios en su visión tras el parto, lo cual se puede solucionar si se atiende oportunamente, dijo hoy un especialista.
“El embarazo conlleva cambios en todo el cuerpo, lo cual también afecta al ojo, generalmente no repercute en una mala visión. Sin embargo, si se presentan otras enfermedades como diabetes o preeclampsia, sí puede haber repercusiones”, explicó a Efe el cirujano oftalmólogo Héctor Cuevas.
El experto señaló que cuando existe diabetes puede haber un mayor riesgo de que se dañe la vista de alguna manera.
“Si se tiene ya un daño como miopía es probable que pase de ser leve a moderada o de moderada a severa. Por ello es importante revisarse y, de ser necesario, usar lentes”, indicó Cuevas.
Cuando las mujeres presentan cuadros hipertensivos como preeclampsia o ecamplsia, el especialista señaló que puede haber daño visual consecuente a este cuadro “y no por tener la famosa miopía gestacional”.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos hipertensivos del embarazo afectan a alrededor del 10 % de las embarazadas de todo el mundo.
Este grupo de enfermedades y afecciones incluye la preeclampsia y la eclampsia, la hipertensión gestacional y la hipertensión crónica, En América Latina, la preeclampsia tiene una prevalencia del 14%, mientras que en México el promedio de las mujeres embarazadas que padecen esta condición es entre el 10 % y el 14%.
Por eso, dijo, es necesario revisar a las mujeres después del parto y después de la lactancia.
“Pueden tener problemas de visión o alteraciones desde la mácula del ojo por la alta liberación del cortisol -conocida también como la hormona del estrés- y eso puede alterar vasculatura interna en retina, produciendo severos daños en la mácula -que es la encargada de percibir el detalle de las cosas que vemos-”, aseguró.
Del mismo modo, dijo que aunque se suele pensar que el embarazo afecta la visión, en realidad no existen grandes cambios en una mujer que va a tener un bebé, y si los hay estos no suelen ser tan drásticos.
“Las mujeres mayores de 35 años pueden registrar tras el embarazo un mínimo cambio que ya no pueda compensar. Mientras que a los 40 se considera que el ojo ya está viejo y necesita ayuda para ver de cerca”, agregó.
Finalmente, recomendó una revisión constante en los ojos si se tiene alguna enfermedad, y quien planea embarazarse realizar un estudio previo al embarazo para saber cuál es su salud visual.
En casos de diabetes o preeclampsia tras la lactancia es recomendable volver a hacerse estudios para asegurarse que su visión no se dañó. EFE