Pekín- China ha reducido los sectores y actividades económicas sujetas a restricciones para los inversores y empresas extranjeras, en un nuevo paso hacia la apertura de su economía aprobado en medio de las disputas comerciales con EEUU.
El documento detalla la apertura ya anunciada en sectores como banca, industria pesada, automóvil o agricultura, pero también avanza algunas novedades, como la reducción o eliminación de límites a la propiedad de empresas en la construcción aeronáutica y naval o las redes eléctricas.
La denominada “lista negativa” contiene 48 actividades restringidas o cerradas, frente a las 63 del documento anterior, y entrará en vigor el próximo 28 de julio.
Las asociaciones de empresas de la Unión Europea (UE) y de Estados Unidos que operan en China señalaron hoy su satisfacción por estos nuevos pasos pero recalcaron que sigue habiendo importantes obstáculos y hacen falta más medidas de apertura.
“La lista, desafortunadamente, sigue discriminando a las compañías no chinas al mantener la distinción entre empresas con ‘inversión doméstica’ e ‘inversión exterior’ a la hora de los requerimientos para acceso al mercado y autorizaciones”, señaló la Cámara de Comercio de la UE.
El presidente de esta organización, Mats Harborn, indicó que el anuncio de Pekín “es un paso más hacia la apertura de China, pero una lista negativa de 48 áreas es excesiva y queda mucho por hacer” en ese sentido.
William Zarit, presidente de la Cámara de Comercio de EEUU en China, consideró la nueva lista como “un paso positivo” que además “ayudará a apaciguar la tensión comercial” entre China y otras economías que creen que Pekín “se aprovecha de su apertura mientras mantiene su mercado relativamente cerrado”.
Por ello, Zarit insistió en que su organización “espera más apertura” de los mercados chinos “en un futuro próximo”.
La nueva lista fue divulgada en la noche del jueves por el Ministerio de Comercio y la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (CNDR).
La reducción de los sectores o actividades vetados o restringidos a la inversión exterior ha sido en los últimos años uno de los caballos de batalla de las empresas extranjeras presentes en China, especialmente las europeas y estadounidenses.
Esas compañías, junto con sus gobiernos o instituciones de la UE, se han quejado a Pekín de la falta de reciprocidad en el acceso de las empresas a sus respectivos mercados, dado que las firmas chinas gozan de muchas más libertades para operar, invertir o comprar entidades sus territorios. EFE