SAO PAULO.- EFE- Seis días después de la ruptura de un dique de una represa del gigante minero Vale en Brumadinho, las autoridades de Brasil elevaron el número de víctimas a 99, mientras 259 personas siguen desaparecidas, de acuerdo al balance divulgado la noche de este miércoles por los bomberos de Minas Gerais.
El portavoz del Cuerpo de Bomberos de ese estado (sudeste), el teniente Pedro Aihara, explicó en una rueda de prensa que los trabajos de búsqueda y rescate están distribuidos en 18 puntos a lo largo del río de lodo y residuos minerales que sepultó gran parte de Brumadinho y dejó además a 175 personas sin hogar.
“Determinamos 18 puntos de búsqueda a lo largo del trayecto de los residuos y no existe ninguna área en este momento que no cuente con equipos de búsqueda y rescate”, explicó Aihara.
El teniente añadió que, pese a los 99 muertos confirmados, “más cuerpos y segmentos de cuerpos” siguen siendo hallados y transportados a cada momento.
A lo largo del día, las labores de los servicios de búsqueda y rescate se vieron dificultadas por las intensas lluvias y los fuertes vientos que golpearon la región, aunque, según los bomberos, no llegaron a influir de manera “significativa” en los trabajos.
Los equipos de rescate extendieron este jueves el uso de máscaras entre los socorristas como manera de prevención tanto contra la inhalación de toxinas expelidas por los residuos como el mal olor que pasó a impregnar el ambiente debido al ahora ya avanzado nivel de descomposición de los cadáveres.
La tragedia ocurrió en la tarde del viernes pasado en la localidad de Brumadinho, municipio en el estado de Minas Gerais, tras la ruptura de una de las presas de la mina de hierro Córrego do Feijao, en la que Vale almacenaba los residuos mineros.
Después del colapso, un río de lodo y residuos minerales se arrastró por esta ciudad de unos 34.000 habitantes y sepultó las instalaciones de la propia empresa, así como diversas viviendas y establecimientos de la comunidad local.
Más de 500 personas participan en las acciones de búsqueda y rescate, entre ellas refuerzos de tropas oriundas de Sao Paulo, unos 58 voluntarios y 136 militares israelíes que llegaron el lunes con más de 15 toneladas de equipamientos.
Asimismo, los bomberos de Minas Gerais recibirán el jueves la ayuda de equipos del sureño estado de Santa Catarina y de Espirito Santo, en el sudeste del país, así como pelotones de un batallón de operaciones especiales de la Policía Militarizada, que actuarán en “puntos específicos de difícil acceso”.
El Gobierno brasileño volvió a afirmar este miércoles que intensificará la fiscalización en 3.386 represas, consideradas “prioritarias” y que tienen mayor riesgo de colapsar.
Por su parte, el presidente de Vale, Fabio Schvartsman, anunció la víspera que la compañía “extinguirá” todas las represas que cuenten con estructuras similares a la que produjo esta catástrofe ambiental y paralizará de manera temporal sus actividades en el estado Minas Gerais.
Con la medida, la compañía dejará de producir unas 40 millones de toneladas de mineral de hierro al año.
El mercado financiero reaccionó de manera positiva a las medidas anunciadas por el gigante minero y las acciones de Vale dispararon un 9,03 % en la Bolsa de Valores de Sao Paulo, además de encabezar la lista de las más negociadas de la sesión por el tercer día consecutivo.
El alza de los papeles del mayor productor y exportador de hierro del mundo se produce tras la leve subida registrada el martes y contrasta con las exponenciales pérdidas del lunes, cuando las acciones se desplomaron un 24,52 % y la compañía se dejó en un solo día unos 70.000 millones de reales (18.807 millones de dólares) de valor de mercado.
Brumadinho es la segunda catástrofe ambiental en menos de tres años que azota a Brasil, cuando los diques de una planta minera de Samarco (controlada por Vale y BHP) se rompieron en el mismo estado, provocando 19 muertos y daños incalculables a lo largo de 650 kilómetros en la cuenca del río Doce. EFE