Un terrible asesinato fue cometido en un tren poco después de la medianoche. Y en el vagón solo hay trece personas que podrían haberlo hecho: a) la princesa rusa; b) la viuda estadounidense; c) la institutriz británica, o d) el conde húngaro. O quizá fue alguno de los nueve pasajeros restantes de diversas nacionalidades, algunos muy acaudalados o sus ayudantes, que viajan por Europa del Este mientras nieva y siempre acompañados, de manera muy inconveniente, por un detective belga que es extremadamente astuto.
Es probable que la historia te parezca familiar. Es la base de una de las novelas de detectives más famosas del mundo: Asesinato en el Expreso de Oriente escrita en 1934 por Agatha Christie y que ha vendido millones de copias. Ya fue adaptada al cine en una versión de 1974 dirigida por Sidney Lumet (12 hombres en pugna, Poder que mata) y con un elenco repleto de estrellas (¡Lauren Bacall! ¡Sean Connery! ¡Ingrid Bergman!). También ha sido adaptada para la televisión, el teatro y la radio. Hay una versión en japonés y un juego para computadora.
Así que Kenneth Branagh, el director y el protagonista de la nueva versión fílmica —que se estrena el 10 de noviembre con otro elenco de estrellas (¡Johnny Depp! ¡Penélope Cruz! ¡Michelle Pfeiffer! ¡Judi Dench!)— tenía que resolver un misterio: ¿cómo reinventar una de las mejores historias de detectives?