COREA DEL NORTE. Aunque obtener información sobre lo que sucede fronteras adentro de Corea del Norte es muy difícil, una evaluación confidencial de la Agencia de Inteligencia sobre Defensa (DIA) de los Estados Unidos, fechada el 28 de julio, estimó que Kim Jong-un posee ya 60 armas nucleares y, sobre todo, algo más peligroso: ha tenido éxito en la miniaturización de las cabezas nucleares que caben en sus misiles. De ese modo, The Washington Post citó a la DIA, Pyongyang «atravesó un umbral clave en el camino hacia convertirse en una potencia nuclear completamente desarrollada».
Aunque muchos expertos independientes creen que el número de armas nucleares que posee Corea del Norte es menor, «el hallazgo probablemente profundiza las preocupaciones sobre la evolución de la amenaza militar de Corea del Norte, que parece avanzar más velozmente que lo que se habían predicho», escribieron Joby Warrick, Ellen Nakashima y Anna Fifield en el periódico estadounidense.
Conviene unir esta información a los últimos intentos de pruebas de misiles que han obsesionado a los Kim desde la década de 1980, y que se abrieron a las pruebas nucleares en 2006. Porque la combinación de minicabezas nucleares con la capacidad de misiles intercontinentales (ICBM, capaces de recorrer 5.500 kilómetros, o 3.400 millas) «es preocupante», escribió Lily Hay Newman en Wired, «no sólo para los Estados Unidos sino también para el mundo entero».
El informe al que accedió The Washington Post confirmó otra evaluación del Ministerio de Defensa de Japón, que también concluyó que las jactancias de Pyongyang en las que nadie había creído en 2016, sobre su capacidad de miniaturización de cabezas nucleares, en realidad son reales e inquietantes. «Hay pruebas que sugieren que Corea del Norte la ha conseguido», dijeron fuentes de Tokio.
Según la DIA, el hecho de que Corea del Norte tenga por fin la tecnología para construir cabezas nucleares tan pequeñas y livianas como para que quepan en misiles hace que «la lista de obstáculos que impiden que el país amenace directamente a los Estados Unidos continentales (o virtualmente cualquier parte del mundo) con un ICBM disminuya de manera significativa», estimó Wired.
En medio de un clima geopolítico impredecible, agravado por el lanzamiento de un misil norcoreano sobre el norte de Japón —que puso a la población en alerta— y nuevas sanciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra Pyongyang, estos avances dan la razón a los analistas internacionales que advertían que la miniaturización era un riesgo probable, y la pregunta era cuándo, no si.
Con todo, queda por saber si en realidad los ICBM de Kim podrían en realidad llegar a algún lugar del mundo, ya que se desconoce si poseen la tecnología de reingreso: una vez lanzados, ¿podrían soportar el calor y la fuerza de volver a entrar en la atmósfera de la Tierra?
«Kim está cada vez más seguro de la confiabilidad de su arsenal nuclear, concluyeron los analistas», según The Washington Post, «lo cual acaso explica el deseo del dictador de adoptar una conducta desafiante, incluidas las pruebas nucleares que han causado críticas hasta de su aliado más cercano, China».
El asesor de seguridad nacional de los Estados Unidos H.R. McMaster dijo que la perspectiva de que Corea del Norte arme sus ICBM con minicabezas nucleares sería «intolerable desde el punto de vista del presidente». El gobierno de Donald Trump se ha manifestado dispuesto a considerar todas las opciones, «incluida la militar», agregó McMaster. Los intentos de diálogo, hasta ahora, han topado con la indiferencia de Pyongyang.
Corea del Norte ha realizado ya seis pruebas nucleares, la última de las cuales, el 16 de septiembre de 2016, fue una detonación de entre 20 y 30 kilotones, una explosión de aproximadamente el doble del poder de la bomba que los Estados Unidos lanzaron sobre Hiroshima, en Japón en 1945.
«Lo que al comienzo parecía como una crisis de los misiles cubanos en cámara lenta, ahora se parece más al Manhattan Project«, compartó Robert Litwak, un especialista en no-proliferación del Centro Woodrow Wilson y autor de Preventing North Korea’s Nuclear Breakout (Prevenir el éxito nuclear de Corea del Norte). «Hay un sentimiento de urgencia detrás del programa que es nuevo en la era de Kim Jong-un».