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WASHINGTON- Cierto tipo de la ferropotina, un regulador hormonal del hierro, protege contra la malaria, según el trabajo de un equipo de investigación estadounidense publicado por la revista especializada Science.

Los investigadores del Instituto Eunice Kennedy en Maryland (EEUU) descubrieron que una mutación de ferroportina que se halla en poblaciones africanas, llamada Q248H, previene a las personas de contraer malaria.

«Nuestros hallazgos sugieren que Q248H sí protege contra la malaria, un descubrimiento que posiblemente explique también por qué esta mutación ocurre en personas que viven en regiones endémicas de malaria», señaló De-Liang Zhang, autor principal del estudio.

Los científicos consideran que este hallazgo puede ayudar a los investigadores y funcionarios de salud a desarrollar estrategias para prevenir y tratar las infecciones de malaria, que sumaron casi 216 millones en todo el mundo en 2016.

De hecho, se registraron 212 millones de casos de malaria en todo el mundo en 2015, incluyendo aproximadamente 429.000 muertes por esa enfermedad, según los datos más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

«Los suplementos de hierro a veces pueden empeorar la infección de malaria y, a la inversa, la deficiencia de hierro puede ser protectora en algunos casos. Nuestros hallazgos revelan que la ferroportina ayuda a explicar estas observaciones», apuntó la también investigadora Tracey Rouault.

El equipo estableció que los glóbulos rojos usan ferroportina para eliminar el exceso de hierro, que los parásitos de la malaria consumen como fuente de alimento.

A partir de ahí, en evaluaciones con ratones, los científicos descubrieron que la ausencia de ferroportina en los glóbulos rojos y sus precursores causaba que el hierro se acumulara en niveles tóxicos dentro de los propios glóbulos rojos.

Así, el equipo encontró que los ratones que carecían de ferroportina tenían más parásitos y peores resultados cuando estaban infectados con malaria, en comparación con los ratones infectados que tenían ferroportina intacta.

Cuando alimentaron a los ratones con una dieta alta en hierro, los investigadores también encontraron que una hormona llamada hepcidina regula la ferroportina en los glóbulos rojos.

Esta hormona, que es más abundante en ambientes de alto contenido de hierro, redujo los niveles de ferroportina en los eritroblastos (precursores de los glóbulos rojos) y, posteriormente, en los glóbulos rojos.

A continuación, los investigadores trataron de determinar mediante dos estudios en paralelo si una mutación de ferroportina, llamada Q248H, que se encuentra en las poblaciones africanas, protege contra la malaria.

En uno de ellos, en el que participaron niños hospitalizados por malaria en Zambia, el equipo encontró que casi el 20 por ciento de los 66 pacientes tenían la mutación.

Los niños con la mutación tendían a tener menos parásitos de la malaria en su sangre y toleraron la fiebre por un período más largo antes de llegar al hospital.

Si bien las tendencias no fueron estadísticamente significativas, aumentan la posibilidad de que Q248H reduzca el hierro disponible en la sangre y, por lo tanto, reduzca la fuente de alimento del parásito de la malaria.

En el otro estudio, en el que analizaron 290 mujeres embarazadas en Ghana, los investigadores encontraron que casi el 9 por ciento tenía la mutación.

Las mujeres con la mutación eran significativamente menos propensas a tener malaria asociada al embarazo, en la cual los parásitos se acumulan en la placenta y pueden causar embarazos adversos y resultados en el nacimiento.

«Dada la importancia del metabolismo del hierro en general, continuaremos estudiando la mutación ferroportínica y explorando sus otros posibles efectos sobre la salud», concluyó Zhang.