México- EFE- Los tabúes respecto a los exámenes de detección del cáncer de próstata son obstáculos para un diagnóstico oportuno de este padecimiento que representa la segunda causa de muerte en hombres a nivel mundial, coincidieron especialistas en México.
“Uno de los problemas que más se enfrentan respecto a esta enfermedad es que los hombres no quieren hacerse el tacto rectal por pena o porque ven mal que alguien irrumpa en su intimidad”, dijo a Efe el doctor Samuel Rivera.
El expresidente de la Sociedad Mexicana de Oncología explicó que en países desarrollados uno de cada 10 pacientes se les detecta cáncer en estados tardíos, mientras que en países como México “siete de cada 10 son detectados tardíamente”.
El cáncer de próstata, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el más común en los varones, con 12,7 millones de nuevos casos y 7,6 millones de muertes al año.
En Latinoamérica, anualmente se presentan 413.000 nuevos casos y 85.000 muertes por esta causa; en México tiene una incidencia de 33,4 por cada 100.000 habitantes.
Entre los principales factores de riesgo para desarrollar esta enfermedad está la edad, pues se detecta principalmente en hombres mayores de 45 años.
Esto resulta preocupante si se toma en cuenta que, de acuerdo al informe “Perspectivas de la Población Mundial” del 2017 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se espera que en 2050 el número de personas mayores de 60 años se duplique.
“Es por ello que es muy importante la prevención, hacer conciencia de que es un padecimiento que si se detecta en etapas tempranas es posible curar”, resaltó Rivera.
El doctor Hugo Manzanilla, tesorero del consejo nacional mexicano de urología, aseguró que esta enfermedad no solo tiene un impacto físico y emocional para los pacientes, sino también tiene consecuencias a nivel económico para las familias.
“Cuando se detecta en etapas tempranas, el gasto único familiar para detección y cura se estima en 20.000 pesos (1.060 dólares), pero si se diagnostica en etapas no curables o metastásicas el gasto asciende a 65.000 pesos (3.446 dólares) anuales”, señaló.
Manzanilla lamentó que los pacientes deban hacerse responsables de ese gasto. “En México el 50 % de lo que se invierte en salud proviene del bolsillo de los enfermos y familiares, lo cual es desgastante para quienes padecen cáncer y sus familias”, dijo.
Rivera dijo que no solo es necesaria la educación de los pacientes para que se empoderen de su salud, sino también educar al personal médico en todos los niveles, incluso desde las universidades.
“En México, por ejemplo, 90 % de las universidades no tienen una materia especializada en oncología. Es fundamental la educación a los médicos para que aprendan a detectar oportunamente y canalizar al paciente a los niveles especializados”, dijo el experto.
Rivera explicó que también es necesario mirar el tratamiento del cáncer como algo multidisciplinario en donde se involucran diferentes especialidades para acompañar a los pacientes en todas las etapas de la enfermedad y dar seguimiento tras la cura.
El especialista aseguró que la mejor manera de mejorar el diagnóstico es mediante la información y prevención, para lo cual es importante acabar con los mitos.
“El antígeno prostático que se hace en la sangre sirve para la detección, pero este debe ir acompañado del tacto rectal, un examen sencillo, poco doloroso y que incrementa la detección del cáncer”, aseveró. EFE